Especialistas de la Universidad de Concepción desarrollan una vacuna y una técnica para el tratamiento de pacientes en la última fase de la enfermedad. Enviaron una carta a la Secretaría de Salud para trabajar en conjunto.
Chile avanza hacia un antídoto para combatir el hantavirus que hoy, desvela a la Argentina a raíz del brote epidemiológico en Epuyén, Chubut, que ya suma 28 casos desde principios de diciembre y de los cuales, 10 han muerto.
El país trasandino avanza a pasos agigantados en dos fuertes líneas de investigación: una vacuna y la extracción de plasma de pacientes que hayan evolucionado favorablemente tras haber contraído hantavirus para otros que atraviesen la fase crítica cardiopulmonar.
A raíz del brote de hantavirus en Epuyén, el Centro de Biotecnología y Biomedicina SpA de la Universidad de Concepción, Chile, propuso a las autoridades sanitarias de Argentina trabajar en conjunto a fin de acelerar el desarrollo de una vacuna contra el hantavirus. La idea, sugirieron en una carta, es “llevar a cabo las etapas evaluación preclínica y clínicas de esta formulación vacunal, siguiendo a los estándares de la entidad reguladora Argentina”. “La colaboración con el Instituto Carlos Malbrán podría acelerar notablemente la llegada al pueblo de esta vacuna”, plantearon desde la Universidad de Concepción.
El doctor en Ciencias Biológicas Oliberto Sánchez Ramos, profesor de la universidad, recalcó que “la vacuna ha dado muy buenos resultados tanto en ratones como en hámster” y que actualmente “se está produciendo en una planta de producción de biológicos, bajo condiciones de buenas prácticas de manufactura”. Aseguró además que esperan “tener lo primeros lotes GMP en los próximos dos a tres meses”.
Sánchez Ramos advirtió que “el desarrollo de esta vacuna no solucionará la actual situación en la provincia del Chubut”. “La obtención de un registro sanitario para su uso podría requerir un tiempo superior a un año. Sin embargo, esta vacuna contribuirá a que situaciones similares no vuelvan a ocurrir. La transmisión del hantavirus de persona a persona es una realidad que podría ir en aumento generando complejas situaciones sanitarias, sociales y económicas, para las cuales no estamos actualmente preparados”, reconoció.
El plasma, otro camino
Otro estudio chileno está vinculado a la extracción de plasma inmune de pacientes que hayan evolucionado favorablemente de un diagnóstico de hantavirus, para administrarlo a pacientes recién diagnosticados que estén atravesando la fase aguda de la enfermedad. “De esta forma, se espera que los anticuerpos en el suero de personas que sobrevivieron, proteja a los nuevos pacientes. Se está ensayando en Chile y aun es difícil concluir que este tratamiento es efectivo”, explicaron los profesionales trasandinos.
“Ese plasma que se extrae de pacientes que sobrevivieron al hanta contiene anticuerpos neutralizantes que quedan en su sangre. Son los que actuarían para disminuir la acción del virus y con ello la gravedad del hanta, esto no es 100% probado”, detalló Leonila Ferreira Cabrera, jefa de la Unidad de Cuidados Intermedios y de la Unidad de Terapia Intensiva del hospital clínico regional Guillermo Grant Benavente, en Concepción, una institución que acoge el grueso de los pacientes con hantavirus en Chile.
La médica remarcó que se registran aproximadamente 55 casos con diagnóstico confirmado de hantavirus por año, excepto en 2017, que la cifra aumentó a 88 diagnósticos positivos. La mortalidad es del 35% aunque en los casos de síndrome cardiopulmonar (cuando fallan los pulmones y el corazón), puede llegar al 80%.
“Nuestro hospital dispuso la implementación del Ecmo Veno Arterial como apoyo a los pacientes. Se trata de una máquina que reemplaza la función pulmonar y cardíaca. Saca la sangre por cánula, la oxigena afuera y por una bomba centrífuga, la envía a una arteria del paciente. Esto llevó a mejorar la sobrevida de los pacientes en un 82%”, puntualizó Ferreira Cabrera.
Ecmo son las siglas de la traducción al inglés de “oxigenación por membrana extracorpórea”. Se trata de una modalidad de “soporte temporario artificial del sistema respiratorio y/o cardiovascular utilizado en el tratamiento de la falla cardiopulmonar refractaria a tratamientos convencionales.
Como la diálisis de los riñones, este sistema drena la sangre desde una cánula colocada en la vena e infundida en la vena o arteria.
“Es una enfermedad de muy rápida evolución”
Los pacientes infectados –especificó el doctor en Ciencias Biológicas Oliberto Sánchez Ramos– pueden estar hasta 45 días sin ningún síntoma (fase de incubación). Luego, pasan unos 6 días con síntomas similares a los de una gripe fuerte. “Usualmente, en esta fase no van al médico pues piensan que se trata de una mala gripe. Un día comienzan con tos y disnea (falta de aire), la fase cardiopulmonar. Allí es cuando, sin duda, van al médico”, planteó el profesional chileno de la universidad de Concepción.
Aclaró el biólogo que los pacientes que sobreviven a las primeras 48 horas después de iniciada la fase cardiopulmonar, tienen muy altas posibilidades de sobrevivir. “En esas primeras 24 a 48 horas, el Ecmo es vital”, sostiene en alusión al mecanismo de oxigenación artificial de la sangre que es un tratamiento eficaz. “Los médicos de cuidados intensivos afirman, de manera categórica, que el es lo más avanzado que se ha logrado en Chile para el tratamiento de los pacientes con hantavirus”, dijo.
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