Por Raúl F. Brassesco, Ingeniero Agrónomo *
La provincia mesopotámica supo ser referente nacional en la producción de uva en la época de la colonia, llegando a cultivar más cepas que las provincias de Mendoza y San Juan.
Es que esta provincia de la Mesopotamia argentina supo ser referente nacional de la producción vitivinícola en tiempos coloniales. A mediados del siglo XIX la provincia cultivaba más cepas que en Mendoza y San Juan.
La vid en esta zona es tradición, cultura y, por sobre todas las cosas, identidad. Nuestro objetivo es que la región recupere el esplendor que supo tener a principios de siglo y para ello, desde el INTA Concordia y Victoria acompañamos y asesoramos a los productores descendientes de inmigrantes vitivinicultores.
La provincia tiene un gran potencialidad y un largo camino por recorrer. Con este objetivo los técnicos trabajan en base al material conservado en el Banco de Germoplasma para recuperar aquellas variedades ancestrales e identificar algunas nuevas que sean más adaptables a las características ambientales de la zona.
Así como Mendoza tiene el Malbec y La Rioja el Torrontes, nuestra zona en poco tiempo tendrá su cepa emblema: la Tannat o la Marcelane, esta última aún en proceso de prueba.
Se trata de una variedad francesa muy productiva y con gran adaptabilidad a la región que presenta los caracteres de aroma, sabor y color demandados por el mercado nacional y del gusto del consumidor europeo: El paladar de los argentinos está adaptado a los vinos de Cuyo, mientras que los realizados en Entre Ríos se están incorporando a la mesa de los argentinos y, algunos de ellos, se asemejan al paladar francés. Esta proyección comercial genera gran expectativa entre los vitivinicultores, ya que en la actualidad la producción está destinada a autoconsumo y al consumidor local ligado al turismo rural.
PRODUCCION ANCESTRAL. A mediados del siglo XIX, los colonos iniciaron una próspera producción agrícola basada en cultivos provenientes de sus países de origen, entre los que se destacaron los viñedos.
A partir de 1880 se implementaron políticas de estímulo que se vieron reflejadas en el incremento del área cultivada: más de 4 mil hectáreas de viñedos y 60 bodegas en las ciudades de Concordia y Colón. Para 1890, Entre Ríos cultivaba más cepas que en Mendoza y San Juan, al tiempo que Concordia era el tercer puerto de mayor movimiento de la Argentina con unos 500 barcos anuales. Entre 1894 y 1916 la producción vitivinícola creció un 700%.
Pero, eventualmente, los años de bonanza llegaron a su fin. En 1930 se promulgó la Ley Nacional Nº 12.137 para desanimar la actividad en la zona y fomentarla en Cuyo. Aún hoy los productores recuerdan con tristeza cómo los inspectores arrancaban las vides de raíz y perforaban toneles y alambiques.
Vista general de los viñedos en la Chacra La Paula, propiedad del Sr. Rubén Tealdi, donde se están ensayando cultivares de la uva Marcelane, que podría identificar a la región.
PARA CONTAR. Entre Ríos tuvo dos grandes centros de producción vitivinicola, ambos sobre la costa del Río Uruguay; la Colonia San José y Concordia. Los distritos de la capital, de los departamentos de Federación, Uruguay, Victoria, las colonias Hernandarias y Villa Urquiza del departamento Paraná, tenían algunas hectáreas de viñedos, que por su extensión, no alcanzaban todavía a las regiones en donde se encontraban las características de centros vitivinícolas. En Colón se cultivaba la vid americana (variedad Filadelfia, vitis labrusca), y en Concordia una variedad llamada Lorda (hoy Tannat) de vitis vinífera. En 1890 existían en el Dpto. De Colón 600 hectáreas de viñedos en plena producción. Para 1895 existían, sólo en el Departamento de Colón; 9 Bodegas, 926 hectáreas de viñedos; se cosechaban 129 toneladas de uva y existían 30 cubas de fermentación con una capacidad de 835 hectolitros cada una.
Las colonias se desarrollaron rapidamente, a tal punto que ensayaron el sufragio “secreto” por primera vez en nuestro país, para la toma de decisiones del manejo de la colonia . Por contrato firmado entre los colonos y el Gral. Urquiza, “estaba totalmente prohibido vender licores, vinos o bebidas espirituosas en la colonia”. En virtud del enorme desarrollo que estaba teniendo la industria vitivinicola, le solicitaron a Urquiza que derogara ese artículo del contrato, al cual accedió, para liberar el desarrollo de la actividad.
Las plantaciones de viñas y la fabricación de vinos y alcoholes en gran escala, exigieron capitales considerables, una industria que transformó la fisonomía productora, demandando mano de obra especializada e instalaciones adecuadas para la industrialización del vino.
A partir de 1880 el gobierno Provincial implementó medidas de estímulo a la producción. El éxito del plan se vió reflejado en el incremento del área cultivada. En el orden nacional de 1907, la producción vitivinícola entrerriana ocupó el 4º lugar en el Censo Nacional de Viñas, con una extensión de más de 4.000 hectáreas. En el período que va de 1885 a 1935 Concordia es sin duda, el Dpto. vitivinicola más importante de la provincia, por el desarrollo que en ella ha alcanzado la industria vinícola.
El paladar del consumidor argentino está más adaptado a la variedad Malbec que se da en Cuyo, mientras que en Entre Ríos la uva se asemeja más a las variedades francesas.
ACTUALIDAD. En 1994, en Concordia un grupo de productores inició el cultivo de uva de mesa. En la vendimia del 1999/2000 aparecen plantadas 20 has. que producen entre 15 y 17 ton. de uva de mesa. El INTA Concordia comienza a asesorar a estos productores, y se comienzan a evaluar combinaciones, en una colección de 26 variedades comerciales de copa de uvas de mesa y 15 selecciones de portainjertos, las que mejor se adaptaban a la región. Actualmente existen en la provincia aproximadamente unas 60 ha de cultivo de vid para vinificar.
La vid en esta zona es tradición, cultura y, por sobre todas las cosas, identidad. Nuestro objetivo es que la región recupere el esplendor que supo tener a principios de siglo y para ello, desde la AER de Victoria y la EEA Concordia acompañamos y asesoramos a los productores descendientes de inmigrantes vitivinicultores y a cualquier emprendedor que se quiera iniciar en esta actividad.
La provincia tiene una “gran potencialidad y un largo camino por recorrer”, por esto desde el gobierno provincial se apoya a la AVER, contratando al Ing. Agr. M.Sc. Andrés Passadore, uruguayo, y un enólogo también de la hermana república vecina, para asesorar y capacitar a los técnicos y productores entrerrianos, en este cultivo. Con este objetivo los técnicos trabajan en base al material conservado en el Banco de Germoplasma de uvas de mesa de la EEA Concordia y algún viejo viñedo que se salvó de la erradicación, para identificar aquellas variedades ancestrales más adaptables a las características ambientales de la zona, y las nuevas cepas viníferas que mejor se adaptan a nuestra región.
Actualmente se encuentran en producción, variedades tales como Chardonay, Tannat, Cabernet Sauvigñon, Malbec, Syrah, Merlot y algunas otras más que se están probando. También existen, sobre todo en Concordia, cultivos de vid para producción de uva de mesa, en invernadero, anticipándose de esta manera a la época de ingreso tradicional de uva de mesa, con una excelente calidad y buen precio. Además es importante recalcar que nuestra región es similiar a la de Burdeos en Francia, desde el punto de vista agroecológico.
Así como Mendoza tiene el Malbec y La Rioja el Torrontés, nuestra zona en poco tiempo tendrá su cepa emblema, tal vez la Tannat, ya establecida o la nueva variedad Marcelane, por probarse.
Esta última es una variedad francesa muy productiva y con gran adaptabilidad a la región que presenta los caracteres de aroma, sabor y color demandados por el mercado nacional y del gusto del consumidor europeo: el paladar de los argentinos está adaptado a los vinos de Cuyo, mientras que los realizados en Entre Ríos se están incorporando a la mesa de los argentinos y algunos de ellos se asemejan al paladar europeo.
Esta proyección comercial genera gran expectativa entre los vitivinicultores, ya que en la actualidad la producción está destinada al consumidor local entrerriano y provincias vecinas, sobre todo ligado al turismo rural. Así lo demuestra el éxito de la Bodega Vulliéz Sermet del Sr. Jesús Vulliéz, en la ciudad de Colón donde, atendida por su familia, se pueden degustar y adquirir los excelentes vinos que se producen no sólo con la producción propia de la bodega, sino también con la producción de los otros productores de Concordia y Colón y que integran, a su vez, la AVER.
El enriquecimiento técnico logrado con la visita del Dr. Hernán Ojeda (mendocino, desde el año 2003, Ingeniero de Investigación y Director adjunto en la Unidad Experimental del INRA de Pech Rouge - Francia), y la coordinación con los colegas genetistas del INTA Concordia, nos permitirá instalar un vivero de prueba de portainjertos y diferentes cepas, entre ellas la Marcelane, en el viñedo “La Paula”, propiedad del Sr. Rubén Tealdi de la ciudad de Victoria, para determinar la mejor combinación para nuestra zona y hacerla extensiva a la región, además de ensayos de todo tipo sobre el cultivo de la vid.
* Jefe de la AER, INTA Victoria.
Por mayor información dirigirse a AER INTA Victoria, Laprida 517 - Victoria E.R. Tel. 03436-425351, e-mail: intavictoria@arnetbiz.com.ar - aervictoria@parana.inta.gov.ar
Fuente:
http://www.revista-supercampo.com.ar/ed_0210/nota_02.htm