Foto: María Eugenia Vidal, Mauricio Macri y Esteban Bullrich.
Era una pulseada que Buenos Aires y las provincias patagónicas de Neuquén y Río Negro mantenían por lo bajo, casi en subterráneo. Pero en los últimos días, la tensión emergió a la superficie. María Eugenia Vidal proyecta un trasvase del río Negro al río Colorado para regar el sur bonaerense y desató la furia del gobierno de Neuquén que considera "inviable" la idea.
Algunos medios de Neuquén ya hablan de "guerra del agua". Es que en esa provincia no quieren saber nada con tomar el recurso de una cuenca para llevarla a otra y recuerdan que como consecuencia del cambio climático el norte patagónico arrastra una sequía de siete años. Según sostienen desde el sur, la provincia de Buenos Aires pretende regar 1.100.000 hectáreas con aguas del río Negro llegando a los partidos de Villarino y Patagones e incluso a tierras cercanas a Bahía Blanca.
El proyecto tiene algunas particularidades complejas. Como el río Colorado está a mayor altura que el Negro, el desvío debe tener una pendiente hacia arriba con algún tipo de bombeo. La iniciativa del gobierno de Vidal fue presentada en abril de este año en la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) que tiene control sobre los ríos Neuquén, Limay y Negro.
Ante ese organismo el gobierno de Vidal ya ganó una votación para regar 600 mil hectáreas bonaerenses. Según pudo saber LPO, el pedido de Buenos Aires implica quedarse con 201 mil litros por segundo del caudal del río. En Neuquén trinan con esto porque sostienen que el caudal del río por estos días es de 400 litros por segundo.
Quien disparó la ira de los neuquinos fue el Ramón Sánchez, el representante técnico de la comisión hídrica de la provincia de Buenos Aires ante la Autoridad de Cuencas, quien aseguró al diario La Nueva Provincia que el proyecto de riego con aguas del río Negro involucra a 1.100.000 de hectáreas.
El gobierno de Neuquén salió al cruce. El subsecretario de Recursos Hídricos de esa provincia, Horacio Carvalho, aseguró que Neuquén tiene proyectos pendientes de hace años para sumar unas 20 mil hectáreas bajo riego, donde ya hay inversores interesados. Y agregó que la prioridad debe ser usar el agua "dentro de la cuenca del Limay, Neuquén y Negro y no afuera". "El Limay no llega a 300 metros cúbicos por segundo en la zona de la Confluencia y el río Neuquén a 70; estamos con un caudal sumamente bajo comparado con otros años, y Buenos Aires pretende quedarse con un cupo de 201", dijo Carvalho en declaraciones que cita el diario La Mañana de Neuquén.
Pero la estrategia de Vidal es tirar de la cuerda para quedarse con un cupo mayor de agua para riego. La presentación de Buenos Aires en la la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas fue reavivado por la Gobernadora en los últimos meses. El punto que señalan en Buenos Aires para el trasvase es Chelforó, una localidad rionegrina de alrededor de 100 habitantes que descansa a pocos metros de río Negro. Ese poblado tiene una ubicación clave, toda vez es uno de los puntos más cercanos entre los ríos Negro y Colorado.
En diálogo con LPO, el representante neuquino de la Autoridad de Cuencas, Elías Sapag, recordó que el conflicto tuvo su primer capítulo en abril de este año, cuando en una reunión de ese organismo Buenos Aires presentó una nota en la que sostenía la "urgente necesidad" de asegurarse el riego de unas 600 mil hectáreas con proyectos productivos. La provincia de Neuquén fue la única que se opuso frente a los votos positivos de los representantes de Buenos Aires, Río Negro y el Estado nacional. "En Buenos Aires están engañando a los productores rurales diciéndoles que van a llevar agua para regar 1.100.000 de hectáreas, cuando técnicamente eso es imposible", aseguró Sapag.
Cruces de campaña
En Neuquén el tema se instaló en la campaña. La candidata a diputada nacional por el MPN, Alma ‘Chani' Sapag, salió con los tapones de punta contra la gestión de María Eugenia Vidal. "La provincia de Neuquén ya denunció oportunamente la intención de irrigar 600 mil hectáreas bonaerenses con nuestro recurso hídrico. No lo aceptamos entonces, y lo vamos a aceptar ahora", dijo.
En el MPN sostienen que la difusión de este proyecto se inscribe en un plan mayor de avanzada sobre los recursos neuquinos propiciado por le gobierno nacional. Sapag fue clara y aseguró que de concretarse el trasvase se secarían las cuencas en cuestión puesto que la superficie que se plantea irrigar requiere la totalidad del agua que por ellas corre.
Las declaraciones de Sapag generaron chicanas por parte del diputado nacional por Neuquén, Leandro López, quien forma parte del bloque Unión Pro. "Hola, en Neuquén generamos oxígeno y no quiero que lo respiren los bonaerenses. López lanzó una serie de tuits acusando de "ridícula" a Sapag. "Que ridícula! El agua que pasa no vuelve más! Va al mar!", escribió. El argumento del diputado oficialista es que según el curso natural del agua -desde los Andes hacia la salida por el Atlántico- el trasvase de Chelforó (en Río Negro) no afectaría a Neuquén, toda vez que el caudal en esa provincia permanecería inalterable.