(Cadena 3) - Porta Hnos. ya comenzó a trasladar la planta llave en mano a Bolivia. Son necesarios 33 camiones. Es tecnología propia que transforma el maíz en combustible y alimento para ganado.
Pese a la dureza de la recesión y el corte de asistencia de los bancos que ahoga a la industria, en Porta Hnos. hay motivos para el orgullo. La empresa, que desde hace 137 años opera en Córdoba, empezó a exportar por primera vez su Minidest, una planta industrial llave en mano de desarrollo tecnológico propio que sirve para transformar el maíz en etanol (una variedad de alcohol) y en alimento de alto valor nutritivo para el ganado.
Eso es lo mismo que hacen las grandes plantas que hoy existen en Río Cuarto, General Roca, Villa María, Reconquista y Villa Mercedes. De esas plantas sale el 15 por ciento del combustible que cargamos en nuestros autos, porque el etanol se mezcla con la nafta. Pero la Minidest tiene un secreto: su eficiencia es similar pero, al ser de menor tamaño, está al alcance de inversores más chicos. Un productor de maíz grande o bien unos pocos que se asocien pueden instalarlas en sus campos para industrializar el maíz en origen.
Eso agrega valor, reduce fuertemente los costos de transporte (pesa mucho menos el etanol que los granos necesarios para producirlos) y achica la huella de carbono (la nafta se produce con carbón que está capturado en la tierra y luego se agrega a la atmósfera, mientras el etanol se hace con maíz que previamente captó carbono de la atmósfera).
La Minidest vendida a Bolivia vale 4 millones de dólares. La compró la firma Granosol porque el gobierno de Evo Morales lanzó hace un año un plan de promoción de combustibles parecido al de Argentina para importar menos nafta. Por eso también habilitará la importación de autos flex como los de Brasil, que permiten usar un alto porcentaje de etanol.
Porta ya tiene una amplia trayectoria en el área. La planta de etanol de Río Cuarto, de la empresa Bio4, de alta capacidad productiva, fue la primera que se levantó en el país y fue construida por Porta, que por décadas fabricó bebidas alcohólicas, alcoholes de uso médico y vinagres, entre otras cosas, pero que desde entonces se metió a producir también las plantas de alcohol.
La primera Minidest se instaló hace dos años. En Argentina ya hay seis funcionando en campos de Córdoba, Santiago del Estero y San Luis: cuanto más lejos de los puertos se está, más incentivo hay para transformar el maíz porque más se ahorra en fletes. “Apostamos a potenciar al productor agropecuario para que se transforme en un productor agroindustrial”, señalan en Porta. Y lo están logrando.
Estas plantas son modulares (pueden ampliarse) y pueden operarse en forma remota gracias a su alta tecnología (lo que permite reducir costos de operación y controlar varias plantas a la vez aunque estén en distintas localizaciones).
Informe de Adrián Simioni.
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