En su paso por el Foro Económico Mundial de Davos, el Ministro de Hacienda Nicolás Dujovne reconoció la dependencia hacia el capital chino para mantener con vida los proyectos PPP ya adjudicados. "Las inversiones chinas están basadas en las oportunidades que brinda la Argentina, hay muchos inversores de ese origen interesados en proyectos de Participación Público Privada (PPP)", respondió ante las preguntas de la prensa asiática.
Cómo explicó LPO, Dietrich nunca pudo solucionar la problemática del financiamiento de esta polémica iniciativa. Tras otorgar en licitación seis corredores viales, estalló la corrida cambiaria argentina que terminó disparando los niveles del riesgo país y consecuentemente el costo financiero.
A su vez, el escándalo de la causa de los cuadernos salpicó a la mayoría de las constructoras que ganaron las licitaciones, lo que bloqueó aún más la posibilidad de acceder a créditos bancarios por problemas de "compliance".
Frente a este panorama, Lopetegui decidió cancelar el llamado a licitación de las próximas PPP, cosa que no pudo hacer con los corredores ya adjudicados, al tener contratos firmados de por medio que podrían originar complicaciones legales.
En consecuencia, el conocido interés geopolítico de Beijing por insertarse como un jugador importante de la obra pública latinoamericana pasó a ser visto como la única alternativa para evitar el naufragio de estas rutas. De hecho, la única autopista que comenzó a ejecutarse fue justamente la que une Luján con Santa Rosa (La Pampa), que está a cargo del gigante internacional China Construction America (CCA) con fondos que tienen el aval de la aseguradora China Cinda Asset Management.
Pero luego de las palabras de Dujovne, es probable que pronto haya novedades respecto a la adquisición de los derechos de otros corredores. "El país genera un ambiente que sea atractivo para todos, no sólo para China ni dando ventajas a ningún país en particular", aclaró Dujovne, anticipándose al probable reclamo de Washington.
Es que, lógicamente, Trump no ve con buenos ojos esta injerencia de la segunda economía del mundo en su "patio trasero". Tal es así, que luego de la confirmación del comienzo de la Ruta 5 a cargo de CCA, decidió desembolsar 250 millones de dólares para la Ruta 7, a cambio de meter a la constructora Astris en ese consorcio.
La jugada no terminó ahí. En su reciente visita a Washington, Dietrich consiguió otros USD 200 millones mediante el BID Invest, el brazo del Banco Interamericano de Desarrollo que financia al sector privado.
Si bien los montos no se comparan con la potencia del capital chino, constituyen un apoyo simbólico al Gobierno de Macri -para que pueda por lo menos iniciar alguna obra de infraestructura durante el año electoral- y funcionan como un dique de contención ante el avance del gigante asiático.
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