(El Intransigente) - Así lo aseguró el nuevo gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel. 'Hay que colocar a los terroristas en lugares donde la sociedad se libre definitivamente de ellos', agregó.
La cárcel de alta seguridad de Guantánamo.
El efecto de Jair Bolsonaro tras su toma de poder como presidente de Brasil parece seguir haciendo estragos en el país vecino. Y en este caso fue el nuevo gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, quien confesó sus intenciones de clasificar como terroristas a los traficantes de drogas y a los criminales que portan armas largas y de aislarlos en una cárcel de alta seguridad del estilo de la de Guantánamo.
"Necesitamos tener nuestro Guantánamo", manifestó el polémico mandatario de la segunda ciudad más poblada del país, en referencia a la instalación de esta prisión de Estados Unidos en el este de Cuba en donde están tras las rejas detenidos acusados de terrorismo después de los atentados del 11 de septiembre del 2001 a las Torres Gemelas de Nueva York y que ya recibió sinfín de acusaciones de violación a los derechos humanos.
"Hay que colocar a los terroristas en lugares donde la sociedad se libre definitivamente de ellos. Los criminales armados han tomado y dominado porciones de nuestro territorio, causando desgracia y desorden. No permitiré que continúe ese 'poder paralelo'", enfatizó Witzel en la capital carioca, en un impactante discurso durante un acto de la Policía en esta ciudad brasileña.
"Quien usa un fusil y no lleva uniforme es enemigo. Y quien usa un fusil porque quiere dominar un territorio es un terrorista, y así será tratado. Vamos a devolver la tranquilidad a todas las comunidades", remarcó el funcionario, quien más temprano había propuesto que los criminales que usan armas largas deben ser tratados como terroristas.
Y concluyó: "Vamos a sacar el poder del tráfico de drogas y espero que el Congreso Nacional apruebe una ley antiterrorista que enmarque a los traficantes como terroristas para que puedan ser abatidos de fusil y, de una vez, cerrar esa polémica. Ya hablé (con el presidente Bolsonaro) y estamos trabajando en ese asunto. Él debe encaminar (la propuesta) para el Congreso Nacional y la vamos a apoyar".
La ola de violencia que afecta todos los días a Río de Janeiro, el segundo estado más rico de Brasil, recrudeció en gran manera después de los Juegos Olímpicos del 2016. El país vecino registró el año pasado un total de 63.800 muertes violentas, es decir, 30,8 por cada 100 mil habitantes. Pese a que lamentablemente allí la tasa es de 40,4/100.000, de acuerdo a la información que dio a conocer la ONG Foro de Seguridad Pública.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios mal redactados y/o con empleo de palabras que denoten insultos y que no tienen relación con el tema no serán publicados.