Tal vez una de las razones por las que muchos piensan que la impresión 3D está sobrevalorada, es que gran parte de la atención se ha centrado en sólo algunos aspectos de la impresión, como los órganos humanos, que aún se encuentran lejos de ser utilizables, y las armas. Sin embargo, la verdadera innovación es que hará que la fabricación cosas de distinta magnitud será más barato, aunque resulten un poco menos atractivas. Y no es algo a futuro, sino que ya sucede.
Una empresa china ha demostrado hasta qué punto se puede ser revolucionario en la impresión 3D industrial. WinSun Decoration Design Engineering imprimió y montó diez casas monoambientes de 200 metros cuadrados cada una, en tan sólo 24 horas. A pesar de ello, lo más llamativo es el costo: cada unidad cuesta sólo unos US$ 4.800. ¿La “tinta” de la impresora? Residuos de construcción reciclados y cemento.
Investigadores de la University of Southern California ya habían demostrado que la tecnología permitía la impresión de la fachada de un edificio entero en un solo día. Y los arquitectos europeos han sido la construcción de casas en 3D impresos que son caros, gafas de diseño adornos. Pero Winsun son los primeros en construir 10 viviendas en un sólo día.
La compañía utilizó cuatro impresoras 3D 6,1 metros de altura, y tiene 10 metros de ancho por 40 metros de largo, según informa el sitio Computer World. Y en lugar de tinta, las impresoras exprimen el material de construcción de un modo similar a una manga de decoración pastelera, formando paredes de a una sola capa a la vez. Una vez en el sitio de construcción, estas paredes se unen para formar los monoambientes.
Aún más interesante es la sustancia que Winsun utiliza para la “tinta”: materiales de construcción desechados, residuos mineros y otros descartes. Y eso es algo que China genera en abundancia. El promedio de antigüedad para demoler un edificio en China es de 30 años, en comparación con 75 años en los EE.UU. Así se explica cómo es que China genera entre 1,6 millones de toneladas y 2 millones de toneladas de materiales de demolición al año, de los cuales se recicla poco: mientras Japón rescata el 95% de sus residuos de la construcción; China reutiliza menos del 5%.
“Los desarrolladores pueden reducir a la mitad los costes de construcción por la reutilización de materiales“, dice Ma Yihe, CEO de Winsun e inventor de la impresora que utilizan. Ma afirma que está planeando construir 100 plantas de reciclaje en toda China para refinar los materiales para sus proyectos de impresión en 3D.
Sin embargo, la escala es un problema. La gran limitación con impresión en 3D en este momento es que no se puede hacer una pared que sea más grande que la impresora. Y, por supuesto, esos muros prefabricados tienen que ser transportados desde la impresora al sitio de construcción.
Pero Winsun también tiene algo en mente para solucionar esa contra. La compañía está desarrollando un robot “MiniBuilder” para imprimir directamente las estructuras en el sitio. Si esto funciona, podría, finalmente, hacer que la impresión de viviendas sea incluso más barato, al reducirse los costos de transporte.
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