(defensa.com) El futuro portaaviones HMS Queen Elizabeth II de la Royal Navy fue bautizado por la reina Isabel II, que le da nombre, en el astillero que BAE Systems tiene en Rosyth, muy cercano a la ciudad escocesa de Edimburgo, con una botella de güisqui, en vez de la tradicional de champán.
El acto, que marca un antes y un después para la moderna Marina británica, tuvo la máxima relevancia, ya que, además de la soberana, asistió su marido, el príncipe de Edimburgo, el primer ministro británico, David Cameron, así como el ministro principal escocés, Alex Salmond, al que acompañó su padre de 92 años, un veterano de guerra que luchó en las filas de la Royal Navy durante la II Guerra Mundial.
Tras la vistosa ceremonia, que contó con una pasada de la patrulla acrobática de la RAF, los Red Arrows, y de varios helicópteros de la Armada, se inundó el dique donde se ha construido. Seguidamente, una vez puesto a flote, y antes de que acabe julio, será atracado en los muelles del astillero sito en el Estuario de Firth of Forth, donde se completará, con vistas a que esté listo en 2016, que es cuando está previsto que realice sus primeras pruebas de mar.
Mientras, en este mismo dique nº 1 se empezará a construir el segundo de esta clase que dotarán a la Royal Navy, el Prince of Wales.
A finales de 2016 está previsto que el Queen Elizabeth II llegue a la que será su puerto, la HM Naval Base Portsmouth, donde está previsto que sea formalmente entregado a la Royal Navy en 2017. En la construcción del Queen Elizabeth II, de 65.000 ton. y 280 m. de eslora, han participado más de 8.000 personas pertenecientes a unas 100 compañías diferentes, incluidos cinco astilleros, donde se fabricaron diferentes bloques para el navío, además del citado de Rosyth donde se ha producido en un plazo de 33 meses, aunque el primer corte de chapa se remonta a hace casi 5 años.
El navío tiene capacidad para transportar 40 aviones de combate, que serán los modernos Lockheed Martin F-35 Lighting II, y helicópteros y dispondrá de una dotación de 679 personas que ascenderán hasta casi 1.600 si se incluye el personal del grupo aéreo embarcado y el Estado Mayor, cuando sea plenamente operacional en 2020. El costo de los 2 portaaviones está estimado en 7.440 millones de euros, que en contrapartida volverán a convertir a la Royal Navy en una Marina dotada de estos medios, tras las anticipadas bajas, debidas a los recortes de presupuesto, del HMS Ark Royal y de la flota de aviones con capacidad de despegue vertical BAE Systems Harrier (Julio Maíz Sanz).
Foto: El portaaviones HMS “Queen Elizabeth II” en el dique nº 1 del astillero de Rosyth, sito en el estuario de Clyde, en Escocia (foto BAE Systems).
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