Algunos son autos chocados, otros sin ruedas y hasta sin vidrios, sin capot y quemados. En todos los casos se trata de coches abandonados que se encuentran en todos los barrios porteños. Sus dueños los dejan por diversos motivos en lugares indebidos, por lo que generan molestias para los vecinos, contaminación y representan un peligro en cuanto al tránsito. En ese contexto, desde hace varios años el Gobierno de la Ciudad lleva a cabo un programa para la remoción de esos vehículos que, en varias ocasiones, terminan siendo compactados por la “inexistencia” de sus titulares. De hecho, entre enero y mayo de este año se compactaron 433 coches, lo que representa un incremento del 26,6 por ciento en comparación con el mismo período del año pasado.
Claro que para llegar a esa última instancia, se siguen procesos legales y de avisos. “La ley exige una primera intimación de 10 días hábiles. Se notifica colocando un sticker en el parabrisas. Si el auto no es retirado, es acarreado y llevado a las playas que tiene la Ciudad en donde permanece por 15 días hábiles más. Una vez que se traslada al depósito y vencen los plazos sin que su titular lo haya retirado, el automóvil se descontamina, desguaza y compacta”, explicaron desde la subsecretaría de Transporte del Gobierno porteño, a cargo de Guillermo Dietrich.
Además de las inspecciones que realizan los agentes de la Ciudad (en relación al año pasado se duplicó el total de autos chequeados), los vecinos denuncian los vehículos que quedan durante meses en la vía pública. Sin embargo, según las estadísticas oficiales 3 de cada 10 denunciados no son fehacientemente móviles abandonados. Tras la intimación son sacados por sus titulares.
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