Según el gobierno, las refacciones estarán listas para el próximo año; quejas de los pasajeros por su estado actual.
Fuente: LA NACION - Crédito: Emiliano Lasalvia
En Retiro, apenas separadas por una calle, las cabeceras del ferrocarril Mitre y del Belgrano Norte ofrecen dos realidades completamente diferentes. Mientras la terminal de la línea Mitre brilla como en su mejor época, con sus lámparas colgantes, el piso reluciente y su fabuloso reloj colgante de cuatro caras, unos pasos más allá, la terminal del Belgrano Norte muestra un hall central sin bancos para sentarse, baños deplorables, iluminación deficiente, falta de cartelería y locales comerciales que invaden el espacio público.
Uno de los accesos a esta estación es un angosto pasillo que se abre entre un quiosco y una pared. Los andenes, a menor altura que el tren, obligan a los pasajeros a trepar tres escalones para acceder a los coches.
El Ministerio de Transporte de la Nación promete que en 2019 la cabecera del Belgrano Norte, un edificio de estilo francés hoy venido a menos, recuperará su esplendor luego de las obras de remodelación, que incluirán a todas las estaciones de la línea.
Los arreglos costarán unos 2200 millones de pesos y beneficiarán a los más de 100.000 pasajeros que viajan todos los días entre Retiro y Pilar. Las obras incluirán nuevos refugios, accesos con rampas para personas con discapacidad o movilidad reducida, baños y boleterías, luces LED, asientos y andenes elevados con baldosas para no videntes y un moderno sistema de información al pasajero. También se renovarán 18 pasos peatonales.
Mientras se desarrollen las obras, el servicio continuará con andenes provisorios que ya se están habilitando en las estaciones. "Quedó impecable el Mitre, estaría buenísimo que esto quede igual", dice el pasajero Mario Ponce en la estación Retiro del Belgrano Norte. Hojea un libro en un puesto de diarios a la espera de que le asignen andén al tren que tomará hasta Villa Rosa. Tiene que esperar de pie porque no hay ningún banco a la vista. Y si pasara por los molinetes ya no podría observar el único cartel informativo que hay en la estación.
Graciela Méndez se acaba de bajar con dificultad de un tren que llegó de Grand Bourg. Pese al cartel que pide "no viaje en los escalones", en cada coche llegan personas paradas: los más audaces llegan colgando y se bajan antes de que el tren frene por completo. Graciela usa bastón y le cuesta mucho bajar los escalones del tren: "¡Son demasiado altos y angostos!", se queja.
Justamente una de las principales obras que se están llevando a cabo tiene que ver con la elevación de los andenes: una vez terminada, permitirá un mejor acceso al tren.
La mayoría de los pasajeros consultados sobre el estado de la estación critican, en primer lugar, los baños. Que siempre están sucios, que abren recién a las siete y que muchas veces ni siquiera abren.
Norma Rojas atiende un puesto de libros en la entrada de la estación, hoy convertida en un estrecho pasadizo. Cuenta que cada tanto un fuerte olor a cloaca invade todo y que el mes pasado el baño estuvo clausurado alrededor de 20 días. Una vez abierto no cambió demasiado: el baño de mujeres tiene dos cubículos fuera de servicio y no cuenta con jabón ni toallas de papel ni secador de manos. Y el papel higiénico lo administra una señora "a voluntad". En el baño de hombres, a falta de canillas, el agua sale por mangueras.
Interrupción en el servicio
Del 24 al 27 de este mes, el servicio del ferrocarril Belgrano Norte permanecerá interrumpido para poder adecuar los trenes a la altura de los andenes provisorios, que empezarán a funcionar el 28 de este mes. Durante este período de cuatro días se dispondrá de un servicio de colectivos gratuitos para los pasajeros entre las estaciones Boulogne Sur Mer, Don Torcuato, Pablo Nogués, Del Viso y Aristóbulo del Valle.
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