lunes, 7 de febrero de 2011

Ninguno de los aeropuertos que controla la Fuerza Aérea cuenta con cámaras de video

Por Fernando Oz - Diario Perfil

El caso Juliá reveló las profundas deficiencias en la vigilancia de las bases aéreas del país. La PSA no dispone de presupuesto suficiente y la ANAC supervisa el 15% del territorio.
La Justicia sospecha de la operatoria que se daba en el aeropuerto de Morón. Pero el descontrol abarca también a Paso de los Libres, Tandil, El Palomar y San Justo.
El escándalo del narcoavión que fue detenido en el aeropuerto El Prat, en Barcelona, con casi una tonelada de cocaína, volvió a poner al descubierto la vulnerabilidad del sistema de seguridad aeroportuario en el país. La mayoría de los aeropuertos no cuenta con un circuito cerrado de cámaras filmadoras, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) no cuenta con equipamiento ni los efectivos necesarios para controlar las principales estaciones aéreas y un grupo de empresas privadas se disputan el terreno donde gobierna el descontrol.

Somos el Estado Nacional y no podemos permitir grietas en los controles”, enfatizó la ministra de Seguridad, Nilda Garré, cuando se reunió el 28 de enero pasado con 11 agencias que integran el Comité Nacional de Seguridad Aeroportuaria. “No debemos ser benévolos con nadie”, agregó mientras clavaba su mirada sobre un sonrojado oficial de la Fuerza Aérea.

Precisamente el tema es crucial en los aeropuertos que controlan los militares: Tandil, San Justo, Paso de los Libres, El Palomar y Morón, precisamente donde se cargó el avión de los Juliá. Un indicador lo dio a PERFIL un oficial de alto rango con asiento en el Edificio Cóndor: “En ninguno de los aeródromos de la Fuerza Aérea, de uso exclusivo o compartido, se dispone de cámaras de seguridad”.

El uniformado explicó que “hay que hacer una división entre los más importantes con los más chicos, donde prácticamente no existen medidas de seguridad. De todas maneras, en los primeros, se está trabajando con los mismos scanners, algunos con veinte años de antigüedad”.

Un empresario del rubro de la seguridad que presta servicio en diferentes aeropuertos aseguró que “en la mayoría de los casos los sistemas de cámaras no son de última generación y no hay una matriz de control. El 15% de las cámara no está funcionando”.  Una fuente de la PSA se sinceró y dijo lo que oficialmente nadie quiere decir: “Estamos tercerizando puestos porque no damos abasto. Lo hacemos con actas donde otorgamos el poder de policía a las empresas privadas”. Un descontrol.

Otro funcionario vinculado a la seguridad de los aeropuertos murmuró por lo bajo: “No hay presupuesto ni para poner una cámara de 800 pesos”. La ministra hizo como que no escuchó y siguió con su discurso. El objetivo de la reunión era incrementar los controles en vuelos comerciales no regulares y de aviación general, principalmente, privados y los denominados “taxis aéreos”.

PERFIL consultó sobre la crisis del sistema de seguridad en los aeropuertos a diferentes fuentes que conforman el Comité Nacional de Seguridad Aeroportuaria y a empresarios que prestan distintos servicios de vigilancia en las principales pistas aéreas del país. “El sistema de seguridad aeroportuario está colapsado”; “no hay una política de Estado efectiva para solucionar la crisis de seguridad en los aeropuertos”; “hoy es imposible evitar la salida de otro narcoavión”; “la Fuerza Aérea está pintada, y los otros organismos de seguridad también”; “acá todos los días hay un caso como el de Southern Winds”. Esas fueron algunas de las lapidarias conclusiones a las que arribaron diferentes fuentes de la Fuerza Aérea, la PSA, especialistas en seguridad contratados por empresas aéreas, y hasta una voz de la propia Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).

Este organismo es el que debería ejercer la fiscalización y control de todo lo referente a los aeródromos públicos y privados del territorio nacional. Pero en los hechos no maneja ni el 15% de las 278 pistas aéreas habilitadas por el organismo. Los escasos 2.500 efectivos de la PSA, la autoridad superior responsable de la seguridad aeroportuaria del Sistema Nacional de Aeropuertos, no logra alcanzar la seguridad de los aeropuertos en los que se encuentran distribuidos. Aún no pueden cubrir otras 17 pistas aéreas que se encuentran dentro del engranaje nacional.

Sólo en el aeropuerto internacional de Ezeiza, la fuerza que lidera el civil Julio Postiglioni, cuenta con 220 efectivos divididos en tres turnos. Es decir que en cualquier horario no hay más de 73 uniformados de la PSA para custodiar todo lo que sucede en las casi 3.500 hectáreas de la base aérea más importante del país. Veinticinco son las empresas de seguridad privada habilitadas por la PSA. Se estima que la cantidad de vigiladores es la misma que los efectivos de la fuerza que depende del Ministerio de Seguridad.

2 comentarios:

  1. Qué negocio es tercerizar el trabajo. No solo ocurre en los ferrocarriles.

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  2. Sin vigilancia es mas facil cargar la "merca"
    Saludos. Muy bueno el blog. Sigan así

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