Por Ignacio Chausis
Su finalización mejorará la matriz energética del país y permitirá que el conocimiento tecnológico se aproveche en nuevas usinas atómicas.
El año 2011 puede marcar un antes y un después en lo que respecta al desarrollo de energía local, con la apertura de la central atómica de Atucha II, y la utilización total de la capacidad hidroeléctrica de Yacyretá, tras décadas de retraso y abandono en las obras. En ambos casos se trata de proyectos que diversifican la matriz energética local a través del desarrollo de energías renovables, que aumentan el grado de autonomía del país en cuestiones de energía y reducen la utilización de gas.
Las obras para la central nuclear de Atucha II (CNA II), en la localidad de Lima, provincia de Buenos Aires, comenzaron a mediados del año 1981, y seis años después fueron suspendidas tras una decisión política del gobierno de Raúl Alfonsín. Esa medida del gobierno radical tenía como argumento principal la errónea suposición de que la Argentina contaba con inmensas reservas gasíferas, por lo que se privilegió el crecimiento de la generación termoeléctrica.
A pesar de que hacia 1994 las obras de Atucha II habían avanzado en un 80%, la administración neoliberal del menemismo le dio la estocada final al proyecto, porque la privatización del sector nuclear implicó la paralización total de la construcción. Las obras recién se retomaron hacia 2006 y como parte esencial del Plan Nuclear Argentino, dispuesto por el ex presidente Néstor Kirchner. En la actualidad trabajan cerca de 5000 técnicos, y las tareas de finalización están a cargo de Nucleoeléctrica Argentina SA, firma que opera las otras dos centrales con las que cuenta el país (Atucha I, al lado de Atucha II y Embalse Río Tercero, en Córdoba).
Atucha II es una central de tipo moderna, de características similares a las construidas en Alemania, Brasil y España. Su entrada en funcionamiento está prevista para el último trimestre del corriente año, momento en que se convertirá en la tercera central nuclear del país, y la quinta sudamericana. Cuenta con una potencia neta de 692 megavatios y aportará al mercado eléctrico mayorista unos 5800 GW/h anuales, lo que equivale al 4% de la matriz energética.
Se calcula que tal cantidad de energía permitirá satisfacer las necesidades de una población de 5 millones de habitantes, además de ahorrarle al país el consumo 1200 millones de metros cúbicos de gas natural por año (consumo actual). Asimismo, permitirá evitar la emisión a la atmósfera de 3,5 millones de toneladas de CO2 por año.
Cabe destacar que tanto el agua pesada como los elementos combustibles necesarios para el funcionamiento de la CNA-II serán producidos en el país. Todas las actividades de construcción y suministro correspondientes a la finalización de la central vienen priorizando la participación de los proveedores y contratistas locales.
Asimismo, el gobierno busca avanzar con la construcción de la cuarta central nuclear. Con este fin, el ministro de Infraestructura, Julio de Vido, llevó adelante una ronda de consultas en diciembre pasado con los principales fabricantes de centrales nucleares del mundo, para establecer la tecnología que se utilizará. El funcionario mantuvo contactos con ejecutivos de la francesa Areva; Rosatom, de Rusia, de la CNDC de Corea del Sur, y la estadounidense Westinghouse, consideradas en el mundo como las máximas referentes en la construcción y equipamiento de centrales atómicas.
Fuente: ElArgentino.com
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lunes, 21 de febrero de 2011
A fin de año se inaugura Atucha II, la tercera central nuclear de Argentina
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Menos mal que no han renunciado a construir centrales nucleares, como hizo España hace tiempo (y ahora estamos pagando muy caro).
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