El embajador de Israel, Daniel Gazit, destacó en diálogo con DEF, las claves del desarrollo de un sistema científico-tecnológico y del éxito de un país que carece de materias primas y vive en lucha constante contra una geografía hostil.
De la redacción
-Israel ha experimentado un gran avance económico, convirtiéndose en una potencia mundial, ¿cuál cree usted que ha sido la clave para poder lograr este desarrollo tan importante?
- En términos económicos Israel hoy exporta 50 mil millones de dólares anuales, en promedio. Lo que nos ha permitido avanzar de esta manera principalmente es la educación. Somos un pueblo con 4000 años de historia, e históricamente el punto más importante para nosotros ha sido la educación, en todos los aspectos. Si bien hace 4000 años nadie sabía mucho de tecnología, si sabíamos que había que estudiar. El único modo que tiene el hombre de avanzar es a partir del conocimiento y nuestra cultura ha estado siempre marcada por la curiosidad y la duda. Se dice que cuando hay dos judíos hay dos opiniones diferentes y es cierto. Hay una vocación natural por la discusión, por el pensamiento y innovación.
-La importancia de poder desarrollar el pensamiento crítico.
-Estamos muy orgullosos de logros de Israel. Después de los EEUU, somos el país del mundo con mayor cantidad de patentes registradas. Estamos siempre tratando de inventar. Muchos inventos israelíes han provocado cambios muy importantes, como el riego por goteo por ejemplo. Es tan importante la enseñanza como la posibilidad de discutir sobre las cosas, esa es una característica propia del pueblo judío.
-¿Cómo cree que opera el factor de la adversidad en el pueblo judío? Una historia de persecuciones y de conflictos a través de estos 4000 años. El propio territorio del Estado de Israel es hostil en cuanto a recursos naturales.
-Muchas veces bromeamos refiriéndonos a Moisés porque cuando salimos del desierto nos llevó al único país de Medio Oriente que no tiene petróleo… Pero básicamente nos han impulsado las necesidades. Israel es un país semidesértico y la fuerza de la exigencia de tener que luchar contra la adversidad, las faltas de materia primas y también contra los enemigos de afuera, nos ayudó mucho. Si llegamos al riego por goteo fue por necesidad. Lo mismo ocurre cuando hablamos también de industria electrónica, de la industria militar israelí, la medicina, las comunicaciones. Hoy en día, en el mundo, no hay notebook o celular que no tenga un componente fabricado o desarrollado en Israel. Pero hay otro aspecto que hemos aprendido de la historia, estudiar tecnología sin valores, sin cultura no es suficiente. Es fundamental pensar en el factor humano, mantener los valores del judaísmo o del cristianismo, que son los mismos. Y también estudiar filosofía, ideas políticas, valores morales. Sin eso, la ciencia no sirve. Porque con la energía atómica se pude construir o destruir el mundo, todo depende de los valores culturales. No hay que separar la tecnología del factor humano.
-Una de las cosas que más asombra de Israel es precisamente la modernidad, pero incorporada a un contexto histórico. Y como el pueblo judío ha hecho tanto esfuerzo por mantener la memoria.
-La historia es parte de nosotros y sólo a partir de esa convicción podemos avanzar. Pero Israel, como usted señala es un lugar que también mira al futuro cuya imagen hacia el mundo hoy también tiene a la tecnología y la innovación. Hay turismo por todo el país. Se puede visitar sin problemas porque es un país muy seguro. Solo en 2010 hemos tenido tres delegaciones de empresarios argentinos que viajaron a Israel, una organizada por la Cancillería, otra por la provincia de Córdoba y la más reciente encabezada por el gobernador de Buenos Aires Daniel Scioli.
-Respecto justamente a los intercambios comerciales entre Israel y la Argentina, ¿cuál es la complementariedad que existe entre las dos economías?
-Hay muchas posibilidades. Aquí hay oportunidades para Israel y allá hay oportunidades para la Argentina, pero todavía falta conocimiento mutuo. Por eso son importantes estas visitas de empresarios. Estoy convencido que las economías son muy complementarias, nosotros producimos tecnología y la Argentina exporta a Israel materias primas y alimentos, como carnes o aceite de soja. Se pueden hacer cosas mucho más interesantes. Tenemos un acuerdo que aún no está firmado sobre cooperación en innovación industrial, entre los Ministerios de Ciencia y Tecnología e Industria y Comercio de ambos países. Se trata de incentivar a compañías israelíes y argentinas para que puedan asociarse con la idea de producir algo nuevo para el mercado. Es un tipo de acuerdo que hemos firmado con muy pocos países y lo hemos hecho con la Argentina como una muestra del gran interés que tenemos en las posibilidades tecnológicas y de inversión en Argentina. A pesar de la distancia, no somos dos países lejanos. Allá viven 100 mil argentinos y eso facilita mucho el contacto.
Publicado en: Actualidad
Fuente: DEF.com
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viernes, 11 de febrero de 2011
Argentina e Israel son economías complementarias
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