Son aquellos que ayudan a mejorar alguna función fisiológica o reducen los riesgos de padecer ciertas enfermedades. Promueven una mejor salud, a largo plazo, sin esfuerzo alguno. Sepa cuáles son para incluirlos en su dieta.
El consumo de los denominados "alimentos funcionales", aquellos que además de nutrir contienen sustancias o mejoras que les permiten aportar beneficios para la salud, está "creciendo cada vez más" en la Argentina, según destacaron especialistas reunidos en esta capital.
El consumo de los denominados "alimentos funcionales", aquellos que además de nutrir contienen sustancias o mejoras que les permiten aportar beneficios para la salud, está "creciendo cada vez más" en la Argentina, según destacaron especialistas reunidos en esta capital.
Dentro de este tipo de alimentos se encuentran aquellos que ayudan a mejorar alguna función fisiológica o reducen los riesgos de padecer ciertas enfermedades, e incluyen a panificados, pastas, yogures, aceites, leches, fibras, omega-3, probióticos y prebióticos. "Hoy en día es necesario adoptar estilos de vida y de alimentación que contribuyan a la salud general y a prevenir o demorar la aparición de enfermedades crónicas.
Los alimentos funcionales son una ayuda para que podamos personalizar mejor nuestra selección de alimentos optimizando algunos beneficios que se suman al aporte nutricional de cada grupo de alimentos", dijo el médico Esteban Carmuega, pediatra y coordinador del Grupo de Alimentos Funcionales de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN).
En el mismo sentido, el especialista subrayó que estos alimentos "no reemplazan, sino que complementan a las medicaciones", y añadió a manera de ejemplo: "La incorporación de aceite de oliva en la alimentación de una persona con riesgo cardiovascular aumentado no reemplaza, sino que complementa el uso de aspirina". Acerca del crecimiento del consumo de este tipo de alimentos coincidieron distintos especialistas que participaron en Buenos Aires de la Reunión Anual de Ciencia y Tecnología "Alimentos y salud - Alimentos funcionales", organizada por la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (ANCEFN) y el Instituto Internacional de Ciencias de la Vida (ILSI), con el auspicio de la SAN.
Según los especialistas, entre los alimentos funcionales se incluyen: productos ricos en fibra (panes, galletitas, pastas, yogures y jugos), productos con Omega-3 (aceites, leche, atún, panes, huevos) o con fitoesteroles (leche, margarinas, aceites), productos con probióticos con acción inmunológica y con prebióticos capaces de promover una recomposición de la flora intestinal (yogures, leches cultivadas) y otros. Su consumo "regular y cotidiano promueve una mejor salud, a largo plazo, sin esfuerzo alguno", mientras que "complementan otras medidas preventivas farmacológicas", según señalaron. "En la Argentina, el grupo de alimentos funcionales de mayor consumo es el de los lácteos", destacó el especialista Alfredo Calvelo, miembro de la ANCEFN en el Comité Organizador. "Cada vez es mayor la concientización en la sociedad de que puede acceder a una mejor calidad de vida a través de una alimentación variada y equilibrada, y en este aspecto los alimentos funcionales aportan un plus por contener ingredientes que han probado ser beneficiosos para la salud", remarcó.
Por su parte, Carmuega subrayó: "Hoy existe evidencia científica de que distintos probióticos logran una interacción o diálogo con el intestino que es positivo para sus funciones, entre ellas velocidad de tránsito intestinal, función inmunológica de las células inmunes que se encuentran en su pared, absorción de la lactosa en las personas que por efecto de la edad han disminuido la concentración de la enzima que la digiere y otros".
Según los especialistas, estos alimentos actúan, por ejemplo, en las áreas de crecimiento y desarrollo (previniendo anomalías fetales mediante el enriquecimiento de la alimentación materna), en la regulación de procesos metabólicos (modulando la sensibilidad del receptor de insulina), en la defensa ante agresiones oxidativas (preservando la integridad estructural de ADN), en el sistema cardiovascular (actuando en el control de la hipertensión arterial y de la obesidad), y en la función digestiva (modulando la flora intestinal).
Fuente: NA
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios mal redactados y/o con empleo de palabras que denoten insultos y que no tienen relación con el tema no serán publicados.