(iEco) - Guillermo Moreno acumula fracasos en la secretaría de Comercio Interior, pero sigue siendo un hombre de confianza de Cristina Kirchner. (Télam)
Guillermo Moreno no le teme al fracaso o eso parece… Así queda demostrado en su gestión diaria al frente de la Secretaría de Comercio Interior, en la que además de suscitar, acumula una decena de fracasos en los últimos años en distintos aspectos de la economía K. El último es la suba del kilo de pan, que llegó a $20.
PRECIOS CONGELADOS. Una de sus primeras batallas perdidas fue la del control de precios. A pesar del congelamiento impulsado por el controvertido funcionario para frenar la inflación, que se empecina en negar desde que intervino el INDEC, los precios siguieron en aumento. Y hasta la presidenta Cristina Fernández de Kirchner tuvo que anunciar la inclusión de agrupaciones sociales y militantes juveniles (sobre todo de La Cámpora, que lo venía implementando desde febrero) en la revisión, góndola por góndola, de los valores de 500 productos con precios frizados, que forman parte de una lista que también generó debates. Un detalle: los precios no pararon su escalada.
PLANES PARA TODOS. Moreno ideó el ingenioso plan de llevar precios populares a los barrios. Así, sacó camiones con carne, pollo, cerdo, merluza, lácteos y hasta ropa para todos. Más allá de que el plan se anunció con bombos y platillos en la Rosada, el impacto que Carne para Todos tuvo en el mercado fue ínfimo: apenas cubrió el 0,15% del consumo diario de 6.000 kilos. Hoy, todos esos planes siguen vigentes, aunque con resultados poco satisfactorios y menos prensa, sobre todo el último, de prendas económicas, bajo la marca NyP, abreviatura de Nacional y Popular, ya que faltan productos y muchos talles en las góndolas
PAPEL PRENSA, LA VERDAD. Otra de sus grandes batallas fue la confección del informe “Papel Prensa, la verdad”. Como cada una de las gestas épicas del kirchnerismo, se lo presentó en Cadena Nacional y Cristina fue la oradora principal. “Quiero leer porque hay datos realmente escalofriantes, uno siente que está leyendo un thriller”, dijo la Presidenta y prometió denuncias por crímenes de lesa humanidad. Moreno agregó "Cuando se sepa la verdad sobre Papel Prensa muchos se habrán quedado sin dignidad". Las 400 páginas derivaron solo en una querella.
COSECHADORAS “MÍTICAS” EN ANGOLA. Guillermo Moreno encabezó una ambiciosa misión comercial en Angola, en la que el Gobierno anunció la venta de 18 cosechadoras Maag Mitos, fabricadas en Entre Ríos por el Grupo Senor, bajo la firma Grandes Máquinas SA, presentadas como el “mito del campo argentino”. La transacción, promocionada por Moreno, terminó en otro fracaso: la empresa emitió cheques sin fondos por cifras millonarias y terminó embargada por la Justicia de Córdoba. Uno de sus integrantes, Ricardo Senor, admitió tras el escándalo que las cosechadoras nunca existieron ni fueron vendidas, y que lo que se mostró en el país africano fue solo un prototipo.
LA MORENO-CARD. El 8 de marzo, Moreno alertó a los supermercados. Les dijo que el Gobierno iba a sacar una tarjeta de crédito propia (a la que en un primer momento, y de manera irónica, se bautizó Moreno-Card) con comisiones y tasas de financiación mucho más bajas que los otros plásticos. Aunque se dijo que el 1 de junio iba a estar operativa, tras casi cuatro meses del anuncio inicial y después de varias postergaciones, la Supercard (su nombre real) todavía no llegó a los comercios, desató internas con los supermercados chinos y muchísimas dudas. Sin embargo, como decía Juan Domingo Perón, a quien Moreno cita e idolatra en sus discursos, “la única verdad es la realidad” y la realidad marca que la SuperCard es, aún, pura ficción.
DÓLAR PARALELO. Sin pelos en la lengua, fiel a su estilo, Guillermo Moreno le envió un ultimátum a las casas de cambio: “Quiero el dólar blue a 6,50 a fines de mayo”, les advirtió a los presidentes de Casa Piano (Alfredo Piano) y Casa Puente (Federico Tomasevich), cuando la divisa paralela, casi la única que se consigue debido al cepo cambiario, cotizaba arriba de los $10. “Estoy cansado de los llamados de Moreno. El esta convencido de que apretando a bancos y casas de cambio va a lograr bajar el paralelo”, confió un empresario del sector a principios de junio, cuando el blue se movía a $8,75. Hoy el dólar cotiza por sobre los $8, a pesar de las amenazas del todopoderoso secretario K. Al revés de lo que dice el refrán “al que mucho aprieta, poco abarca”.
EX PAPELERA MASSUH. Fue una papelera histórica que llegó a tener casi 1000 trabajadores y fabricar 4000 toneladas de papel por mes en su planta de Quilmes. Guillermo Moreno llegó como el salvador de la empresa en 2009, por pedido de Néstor Kirchner. Su dueño, Héctor Massuh había dejado de pagar los sueldos y el entonces ex Presidente aceptó la propuesta del intendente Francisco “Barba” Gutiérrez para recuperarla. Designaron al secretario de Comercio Interior como director ejecutivo y comenzaron a llegar fondos de Anses y un fideicomiso. Después de un año de intervención gubernamental, la ex Massuh cerró sus puertas por orden de Moreno y dejó a 500 trabajadores en la calle.
SUPERAVIT COMERCIAL. La gran obsesión de Guillermo Moreno son las cuentas externas. Había proyectado que en el octubre de las elecciones iba a tener acumulado en la caja un superávit comercial de 10.000 millones de dólares, pero según consultoras este año cerrará con un superávit comercial apenas mayor a 8.000 millones de dólares, unos 4.000 millones menos que el año pasado. Todo, a pesar de la super soja y a vencimientos más holgados de la deuda. El lastre de las importaciones de energía, en el contexto de una crisis que el Gobierno sigue negando, el déficit entre exportaciones en baja e importaciones incontenibles avanza rumbo a los 8.000 millones de dólares.
LOS CEDIN. En medio de denuncias de lavado de dinero y con el dólar a $10, el Gobierno lanzó un blanqueo de capitales para repatriar divisas debajo del colchón o fuera del sistema y presentó en sociedad el CEDIN (Certificado de Depósito para el Sector Inmobiliario), cuyo defensor a ultranza fue, quién otro, el polémico funcionario K. Durante su exposición en el Congreso, hilvanó una insólita explicación (brillante según Aníbal Fernández) sobre el uso de los certificados y el precio del ladrillo. “Con ese CEDIN de US$ 100, en la fábrica de ladrillos, se va a llevar cantidad de ladrillos al precio que el fabricante tenga de lista, equivalente a los US$ 100, que será al cambio oficial que hubiese en ese momento”, le dijo al senador Gerardo Morales. En medio de las dudas del sector inmobiliario, hasta su esposa, la volcánica escribana Marta Cascales tuvo que salir a defenderlos y denunció “mala fe”. Para hacerlo más atractivo hasta se podrán comprar campos con los papeles, que ya son llamados como los “dólares Moreno” en el mercado financiero. Otro detalle: los imprimirá Ciccone.
KILO DE PAN. El 8 de marzo, Guillermo Moreno encabezó una de sus ya tradicionales (e insólitas) reuniones en la “escuelita” del funcionario con empresarios de la carne. Tras lanzar críticas a Clarín y al matarife sciolista Alberto Samid, anunció que, en medio de rumores por la escasez de trigo, había acordado con los molinos que el precio de la harina no superaría los $55. “Ahora los supermercados van a poder vender el pan a $2,70 el kilo”, prometió. Esa frase, no tardó en caerse: el precio del kilo de pan tocó los $20 e hizo que en las colas de los súper ya se hable de “volver a amasar en casa”. La harina y el aceite, nuevos enemigos del modelo que pusieron en jaque el congelamiento de precios K, lo obligaron a reunirse de apuro con empresarios del sector, que propusieron sacar a la venta un tipo de pan Felipe a $10 pesos. ¿Se cumplirá la nueva promesa del secretario?
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