jueves, 12 de diciembre de 2019

El INTA y Pla desarrollaron la primera sembradora de arroz 100% argentina

(Maquinac) - Puede sembrar a 13 centímetros entre líneas. Trabaja con tren de siembra de triple pivoteo para adaptarse a los campos arroceros. Se negocia para venderla en el mundo.
El INTA y Pla están difundiendo la primera sembradora de arroz 100% argentina que desarrollaron en conjunto y que ganó el Premio Ternium.

“El detalle característico de la máquina es que puede sembrar a 13 centímetros de distancia entre líneas y no existe otra en el mundo que pueda hacerlo. Sólo Argentina lo logró”, explica Hernán Ferrari, especialista del INTA de Concepción del Uruguay (Entre Ríos). “Trabaja en un tren de siembra de triple pivoteo; ya no hay más paralelogramo, ni brazo unidireccional”, agrega.

Prestaciones
“La máquina se articula y pivotea en 3 puntos que le permiten trabajar en un campo arrocero, tanto en la cancha, como en el préstamo o en la taipa misma, manteniendo la profundidad constante y tapando toda semilla”, subraya Ferrari.

“Gracias a sus pulmones neumáticos, mantiene la carga constante, ya que tiene un vástago con troncos cónicos especialmente desarrollado para la máquina”, añade.

De esta manera, la sembradora mantiene la uniformidad de trabajo en todas las condiciones del cultivo arrocero y también la profundidad de siembra.

Negocio
El desarrollo logrado por el INTA y Pla ya tiene proyección internacional y, además, es apropiado para hacer pasturas. “El proyecto demandó 15 años mediante un trabajo conjunto entre INTA y la empresa Pla, que hace un tiempo fue adquirida por John Deere y se están haciendo las negociaciones para vender la sembradora a todo el mundo”, afirma Ferrari.

Las posibilidades de negociar la tecnología en los mercados globales se apoyan en las innovaciones introducidas. “La sembradora mejora el rendimiento en un 28 y 34%, ya que al acercar las líneas se mejora el paralelismo, se capta mejor la radiación del sol y se aprovecha la captación de agua y los nutrientes”, indica Ferrari.

“Se probó en pasturas conocidas, y da una gran ventaja porque, al poder regular los cuerpos de manera independiente con una presión constante, se pueden poner cuerpos sembrando la gramilla a 3 centímetros de profundidad, y la leguminosa a 13 centímetros”, describe el técnico del INTA.

“Eso logra duplicar la vida útil de una pradera porque se aprovecha la semilla de leguminosa. Y aumenta hasta un 30 % la producción de forraje”, agrega.

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