Miguel Ángel Bravo tenía 12 años cuando le pedía a Dios por el sorteo de un Burro Buggy: “Si no me sale la lotería, no existís”, rezaba. No se lo concedió, o no como él quería. Treinta años después, el hoy arquitecto Bravo es el fundador de la compañía argentina de automóviles Arqbravo, que está relanzando el buggy. En Expoagro, Bravo presenta dos prototipos en un stand dedicado a las fuentes alternativas de energía.
Foto: EL PROTOTIPO. BRAVO (DE PIE) CON SU SOCIO ESTEBAN RUIZ DE GALARRETA.
Entre las innovaciones de sus autos, figuran la incorporación del motor eléctrico y una original colocación de los asientos: “Uno delante y dos detrás, algo que hace a la deportividad del buggy”. La originalidad les valió un premio en el concurso Innovar 2010 del Ministerio de Ciencia por su modelo Buggy Boogie, de US$ 18.000. Su otro sueño es fabricar en serie el Auto Popular Argentino, de menos de US$ 12.000 con una integración de partes locales de entre 70% y 90%.
Para lograrlo, dice que tiene apoyo del Gobierno y a los mejores chapistas y diseñadores del mundo, “que son argentinos”. Como uno de sus colaboradores, Pedro Campo, que hace más de 30 años diseñaba el Buggy y comenzaba sin saberlo toda esta historia.
Fuente: Diario Clarín
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viernes, 4 de marzo de 2011
Del legendario Buggy al Auto Popular Argentino
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