Por Miguel Angel Sebastián - Diario Clarín
El placer del Dakar es descubrir nuevos escenarios y países”. Con esta sutil evasiva respondía Ettiene Lavigne, director del Dakar, en el cálido enero, cuando junto con la 3ª edición sudamericana de la carrera avanzaba la versión que en el 2012 el Dakar ni comenzaría ni terminaría en Buenos Aires, como en sus anteriores versiones.
El miércoles, en París, Lavigne hará el anuncio oficial que la carrera comenzará en Mar del Plata y terminará en Lima, sin pasar por la capital porteña. Una novedad que ya anticipó la presidenta Cristina Kirchner junto al Ministro de Turismo, Enrique Meyer, uno de los que en enero reconoció el deseo oficial del cambio. El Dakar incorporará a Mar del Plata) y a un tercer país (Perú) en esa política de cambios que, según Lavigne, es el secreto de su atractivo. Se abrirá al Pacífico en lo que significará un movimiento extra de su costosa logística. Estará a cargo de los peruanos, que se darán el gusto de ver el fin del Dakar a cambio de unos 3.000.000 de dólares. Un tercio de lo que aportan Argentina y Chile.
Buenos Aires se quedará sin Dakar tras haber sido en el 2009 el lugar de despegue de algo que era una incógnita y se convirtió en una explosión popular en el país. Declinó este año esa expectativa porteña y esto movió al cambio que políticamente querían las autoridades nacionales y que se intuía en las palabras de Lavigne.
Comentario:
No esta mal el cambio. Todas las ciudades y regiones deben ser tenidas en cuenta para darse a conocer en el mundo. Ademas, no creo que el Dakar, sea la preocupación que desvela al gobierno porteño.
"Todo en su justa medida y armonizamente..."
Jorge Elías
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