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martes, 11 de octubre de 2011
La Salada, feria de la ilegalidad y la corrupción
¿Quién apaña esto?:
Coimas, arreglos de palabra, habilitaciones dudosas y vínculos con los políticos y el poder permiten el funcionamiento de este negocio ilegal. La Salada es el mercado informal más grande de la Argentina y, para algunos, el principal de América Latina
Si al producto se lo mira de cerca se comprueba que resulta demasiado barato para tratarse de un original. Sí, hacemos referencia a la mercadería que se vende en La Salada, el negocio informal más grande de la Argentina y, para algunos, el principal de América Latina.
Por estos días se están presentando dos libros sobre el origen de este "fenómeno social" ubicado a orillas del Riachuelo, en la localidad de Ingeniero Budge, una de las zonas más postergadas del partido bonaerense de Lomas de Zamora.
Uno de los textos pertenece al periodista Sebastián Hacher. Sangre salada, cuenta desde adentro el funcionamiento de este mercado ilegal, donde se venden a precio muy barato todo tipo de productos de dudoso origen para luego ser revendidos a un precio varias veces más elevado.
El otro libro, La Salada–radiografía de la feria más polémica de Latinoamérica, pertenece a Nacho Girón. En este caso, la investigación periodística relata los arreglos de palabra que conforman toda una red de complicidad que incluye a punteros políticos, policías coimeros, agentes municipales que otorgan dudosas habilitaciones, entre otros actores que permiten el funcionamiento de esta mercado informal.
En ambos textos se hace referencia también a los productos que allí se comercializan y a los rumores vox pópuli sobre su origen, que va desde el contrabando y la "piratería del asfalto" hasta los talleres clandestinos donde se confeccionan las prendas.
Sangre salada cuenta cosas tales como que "los feriantes que falsificaban ropa de marca eran los mismos que trabajaban en negro para las grandes empresas" y cómo le ponen el logo de las primeras marcas a cualquier prenda y la venden a un valor 10 veces menor. "Algunas eran imitación de los originales, pero la mayoría eran inventos cuyo único objetivo era aprovechar el furor" por ese producto, reseña.
Y todo esto, como cuentan los libros, bajo una nueva forma de esclavitud, ya que las prendas que allí se comercializan son procedentes de talleres clandestinos, donde los trabajadores son reducidos a la servidumbre y cumplen más de 15 horas de trabajo, con pagos miserables y en algunos casos viviendo hacinados.
En otro de los fragmentos del libro, Hacher cuenta los métodos violentos (con matones recaudadores) que se utilizan cuando alguno de los feriantes se niega a pagar su cuota semanal por ocupar un lugar dentro de la feria. "El problema con los bolivianos –dijo Maguila en su primer día de trabajo– es que si sos bueno te pasan por arriba. Hay que tenerlos cortitos: están acostumbrados así. Si hay que cortarle el cuello a alguno, nosotros no tenemos problema".
Existe, además, un código interno para entender cómo funciona La Salada, revela otra de las partes del libro. "Pagar marca. Así se le dice a la coima que cobra la policía para dejar circular la mercadería falsificada".
Girón también hace referencia al esquema de arreglos espurios digitados por las fuerzas de seguridad que existen detrás del emprendimiento. "En la Argentina la pizza se corta en ocho porciones, ¿no? Bueno, acá se reparte en diez. ¿Está claro?", fue la metáfora que utilizó un uniformado de mediana jerarquía en una de las reuniones que mantuvieron con los representantes de las ferias, donde se arreglaba para que la fuerza de seguridad dejara operar a los feriantes de manera ilegal.
Otras partes de los libros refieren al cuestionado proceso con el que se otorgan las habilitaciones municipales y cómo uno de los permisos terminó modificado con corrector de textos por parte de los feriantes.
En ambos libros, las investigaciones hacen referencia a los arreglos no escritos entre pungas, narcotraficantes y delincuentes, para que no le roben a quienes se acercaban a comprar a la feria y los vínculos con los políticos de turno que permiten el funcionamiento de este negocio ilegal.
Fuente: Infobae.com
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Solo una muestra mas del pais en el que vivimos.....ilegalidad,no respeto de las leyes, truchadas, coimas, creernos los vivos del planeta....asi estamos y el futuro? aun peor....
ResponderEliminarno compres!!! andate y comprate nike, cuerpo y alma etc.
ResponderEliminary fijate si no tienen talleres clandestinos!!!
que le pagan 2 peso a los esclavos!! y a vos te lo cobran $400.