La firma americana lanzó al mercado un modelo diseñado con cargadores de doble hilera de hasta 20 cartuchos. Algo impensable hasta hoy.
Cuando la firma Winchester lanzó en el año 1897 su modelo de escopeta a trombón –la Trench Gun–, marcó el inicio de un sistema que se afianzó y perdura hasta nuestros días. El hecho de contar con un arma que reúne la versatilidad de toda escopeta, con la posibilidad de cargar varios cartuchos y una acción manual eficiente y segura, no pasó desapercibido por las fuerzas armadas y de seguridad. Las escopetas a trombón equiparon y equipan a cientos de agencias policiales del mundo y participaron de varias contiendas bélicas. Basta con recordar a la Ithaca M 37 en Vietnam.
Con variaciones en su sistema de carga y eyección, todas han mantenido inalterable la característica de un cargador tubular debajo del cañón. Ese tipo de cargador limita su capacidad de almacenamiento, ya que para poder introducir más cartuchos debería, indefectiblemente, ser más largo. Lo que conlleva a alargar el cañón. Los deportistas de tiro práctico con escopeta saben bien de que hablo, ya que en su afán por evitar recargas durante el recorrido de tiro, modificaban sus armas a longitudes que les permitieran cargar 11 o 12 cartuchos 12/70. Lo que si bien es utilizable en un campo de tiro, es contraproducente para una utilización táctica. Otra contra es el hecho de tener que introducir los cartuchos uno por uno, lo que torna lenta su reposición.
Hace ya algunos años, diseñadores italianos comenzaron a pergeñar escopetas con cargadores de quita y pon, con el afán de solucionar esos inconvenientes. Firmas como Valtro y Francchi lanzaron al mercado sus modelos. Hoy, una marca norteamericana fabricante de una de las dos escopetas a trombón más utilizadas en el mundo –Mossberg– revoluciona ese segmento con su nuevo modelo 590 M. De entrada se coloca en el top de la lista al utilizar cargadores de doble hilera, por lo que su capacidad máxima se eleva a veinte cartuchos. Algo impensable hasta el momento en armas de este tipo.
Siempre tuve cierta debilidad por la marca, por un detalle que puede pasar desapercibido. En mis épocas de competidor de tiro práctico utilizaba una Mossberg 500 por el sólo hecho de la ubicación del seguro. Está donde debe estar, una tecla deslizable sobre el lomo del cuerpo y al alcance del pulgar de la mano que empuña, en lugar del incómodo botón en el arco guardamonte. El nuevo modelo 590 M mantiene esa característica.
Si bien se ofrecen cargadores con capacidad para 5, 10, 15 y 20 cartuchos, viene equipada con uno de diez, pudiendo adquirirse alguno de otra capacidad si uno lo desea. Todos están construidos en polímero con varias partes metálicas, lo que garantiza su buen funcionamiento y durabilidad. Tal vez usted está pensando en el peso que agregan esa cantidad de cartuchos, pero en lugar de estar en la parte delantera del arma –como en las de cargador tubular–, cambian el centro de gravedad del arma a la altura del receiver, permitiendo un más rápido encare y un mejor control.
La 590 M está equipada con un alza regulable tipo ghost y un guión con inserto de color naranja brillante. El botón de liberación del cargador es ambidiestro y su seguro externo –por su ubicación–, también. Otro acierto de diseño es el encastre de los cargadores, similar al de la mayoría de los fusiles de asalto. O sea que no se introducen linealmente hacia arriba, sino que primero un labio en la parte delantera para luego subir firmemente el cuerpo. Un guardamanos metálico recubre su cañón y –como era de esperar– está preparada para aceptar accesorios que aumentan su versatilidad.
En definitiva, una escopeta con uno de los sistemas más eficientes y seguros, con la posibilidad de una rápida recarga y un poder de fuego sorprendente, gracias a su capacidad de hasta veinte cartuchos.
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