(La Nación) - Resolvió
por unanimidad someter a referéndum dentro de diez días la secesión de
la península y quedar bajo dominio del Kremlin; Obama y Putin hablaron
una hora para buscar soluciones
KIEV.- Mientras la
diplomacia occidental hacía equilibrio ayer para ayudar a Ucrania sin
entrar en un abierto conflicto de inciertas consecuencias con el
Kremlin, el Parlamento de Crimea le imprimió más dramatismo a la crisis al votar a favor de que la península sea anexada a la Federación Rusa.
En ese contexto, el presidente norteamericano, Barack Obama, habló durante una hora por teléfono ayer con su par ruso, Vladimir Putin, para buscarle una salida negociada.
Según informó la Casa Blanca, Obama insistió en que la solución pasa por que "los gobiernos de Ucrania y Rusia sostengan conversaciones directas, facilitadas por la comunidad internacional" y Moscú acepte el despliegue de "observadores internacionales que aseguren los derechos de todos los ucranianos, incluidos los de etnia rusa", en preparación de las elecciones de mayo.
Pero hasta ahora Moscú se niega a hablar con Kiev, que ve amenazada su integridad territorial. El Parlamento de Crimea votó unánimemente "para ingresar a la Federación Rusa con los derechos de una entidad de la Federación Rusa", según el texto secesionista.
El voto del legislativo tuvo lugar apenas dos semanas después de la caída del presidente prorruso Viktor Yanukovich, reemplazado al calor de masivas revueltas populares en la plaza mayor de Kiev por un gobierno inclinado a Occidente. Crimea nunca aceptó a las nuevas autoridades "ilegales" del país y buscó el amparo de Moscú, que colaboró en el dominio de la península.
"De no haber habido constantes amenazas de las actuales autoridades ucranianas ilegales, quizás habríamos tomado un enfoque diferente", declaró a la prensa el vicepresidente del Parlamento de Crimea, Sergei Tsekov. "Debido a este ambiente y este sentimiento, tomamos la decisión de unirnos a Rusia. Creo que nos sentiremos mucho más cómodos allí", agregó. "Ésta es nuestra respuesta al desorden y la anarquía en Kiev. Nosotros mismos decidiremos nuestro futuro", dijo otro miembro de la legislatura, Serguei Shuvainikov.
La decisión de los crimeanos no recibió respuesta inmediata de Moscú, donde el presidente Vladimir Putin convocó a su Consejo de Seguridad para analizar la situación. Pero, a falta de una reacción oficial, desde el Poder Legislativo las reacciones no se hicieron esperar. "Al día de hoy todos los grupos parlamentarios de la Duma nos pronunciamos a favor de la preservación de la integridad territorial de Crimea, pero reconocemos el derecho de los crimeanos a someter a referéndum los asuntos que estimen convenientes", declaró el diputado Leonid Slutski.
Para el senador Anatoli Liskov, por su parte, "si en el referéndum una mayoría de ciudadanos se pronuncia por el sí a formar parte de la Federación Rusa y Putin recibe una notificación en ese sentido, la cuestión puede resolverse en un plazo muy breve, tres o cuatro días".
El cambio de situación se conoció en momentos en que los líderes de la Unión Europea se reunían en una cumbre de emergencia, en Bruselas, para examinar cómo presionar al Kremlin para que retirara sus fuerzas de la península.
Pese a la dureza del tono adoptado, se estimaba de antemano poco probable que los miembros de la UE tomaran mucho más que medidas simbólicas contra Rusia, el mayor proveedor de gas de Europa. Ni la potencia industrial de Alemania ni el centro financiero de Gran Bretaña querían incursionar en ese camino. La UE condenó de todos modos las acciones de Rusia en Crimea y las catalogó de ilegales, respaldó la integridad de Ucrania y tomó la decisión menor de suspender las conversaciones con Moscú sobre visados e inversiones. Además, dijo que congelaría activos rusos y que tomaría nuevas medidas si no hay una solución negociada.
Obama, dijo por su parte que el referéndum y la anexión de Crimea violarían el derecho internacional. Y en una señal a Moscú, anunció la adopción de medidas para castigar a quienes amenacen con socavar la soberanía e integridad territorial de Ucrania, ordenando que se congelen sus activos en el país y una prohibición para viajar a Estados Unidos.
Además de la difícil misión de retener Crimea, Ucrania necesita el apoyo financiero de Occidente. Anteayer, la UE anunció una ayuda de 11.000 millones de euros, un bálsamo para una economía en apuros.
Los próximos pasos de la crisis
- 16 de marzo - Referéndum en Crimea
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