Al parecer, la llamada telefónica que hace dos días le hizo el presidente de Rusia, Vladimir Putin , a Cristina Kirchner
surtió un efecto inmediato: la Asamblea General de las Naciones
Unidas aprobó ayer por amplia mayoría una resolución que apoya la
integridad territorial de Ucrania
y consideró "no válido" el referéndum de Crimea. Pero,
sugestivamente, la Argentina se abstuvo de apoyar esa decisión, y, así,
quedó alineada indirectamente a los intereses de Moscú.
Si bien la votación de ayer no tendrá efecto práctico en la crisis de Crimea, dejó en evidencia la postura contradictoria de la Argentina en este conflicto abierto entre Ucrania y Rusia. Sucede que la abstención argentina de ayer contrastó con la postura que hace 15 días asumió la embajadora argentina en la ONU, María Perceval, que apoyó en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el proyecto de resolución presentado por Estados Unidos contra el referéndum de Crimea con la esperanza de que contribuya a lograr una solución política a la crisis en Ucrania.
Para fundamentar la abstención argentina de ayer, Perceval aclaró: "Se nos pide una interpretación por parte de la comunidad internacional del derecho interno de Ucrania, que no es coherente con el principio de no intervención en los asuntos internos de ese país". Y aclaró: "Nuestra posición sobre la integridad territorial, la no injerencia en los asuntos internos de otros países ya sea por medios políticos, económicos o militares, es tan clara como coherente con nuestras acciones". Así, la Argentina entendió que de haber votado ayer en favor de la resolución propuesta "limitaba el diálogo y la resolución pacífica de los conflictos".
Consultadas por LA NACION, fuentes calificadas de la Cancillería y referentes de la diplomacia de Rusia y Ucrania coincidieron ayer en que la conversación telefónica de Putin con Cristina Kirchner fue "clave" para lograr la abstención y, con ello, un apoyo encubierto de Buenos Aires a Moscú.
Luego de esa charla de los presidentes hubo un comunicado oficial de la Cancillería en el que se dejó en claro que "Putin subrayó la importancia de la posición argentina al incluir en el debate sobre Crimea la cuestión del doble estándar de varios países con relación a los principios de la Carta de las Naciones Unidas". Inmediatamente, destacó que la Presidenta planteó "la ineficacia de la aplicación de sanciones [a Rusia] que sólo impiden el diálogo constructivo".
También el Kremlin emitió un comunicado similar, pero añadió un párrafo que no estaba en el comunicado argentino. "Se acentuó la importancia de una estimación integral de las tradiciones nacionales, históricas y culturales de los pueblos", dijo Moscú tras la charla de Putin y la Presidenta.
Es decir que quedó en claro un tácito acuerdo entre Putin y Cristina Kirchner para que la Argentina no avale sanciones contra Rusia y exista un encubierta ratificación de la anexión de Crimea a Moscú.
Aviso a Kiev
El diálogo de ambos presidentes y los comunicados emitidos luego desde Buenos Aires y Moscú fueron casi un prólogo del voto que tuvo ayer la Argentina en la Asamblea General de la ONU. De hecho, la Cancillería adelantó a las autoridades de Ucrania hace 24 horas que iba a tomar esta postura. "Sabíamos qué posición tomaría la Argentina en la ONU, pero no la entendemos. Hay un cambio de actitud que no comprendemos de la Argentina. Es una actitud extraña que sólo entendemos que se da por razones económicas con Rusia", expresó a LA NACION un diplomático ucraniano desde Kiev.Las relaciones comerciales entre la Argentina y Rusia están muy sólidas: hay un intercambio comercial anual de unos 1800 millones de dólares. Además, Moscú tiene un fuerte interés por invertir en la Argentina en la represa hidroeléctrica de Chiuido I, en Neuquén; la empresa Rosatom buscará aliarse a los proyectos nucleares de Atucha; hay en marcha un megaplán de minería en Mendoza y San Juan con una empresa rusa para la explotación de cobre; existe interés de la fábrica de camiones Kamaz por instalarse en Córdoba, y se prevé la venta de aviones y helicópteros rusos a la Argentina, entre otros negocios en puerta.
Cristina Kirchner cuestionó el "doble estándar" que fijan algunos países europeos para avalar por un lado el referéndum que se hizo en las islas Malvinas y, por otra parte, rechazar la consulta que se realizó en Crimea. Con este pretexto Putin tomó como un apoyo a la anexión de Crimea la postura asumida por la Argentina.
Ayer, en Nueva York, con tono desesperado, el canciller ucraniano Andriy Deshchystsya dijo al presentar la resolución que se puso a votación: "Lo que ha ocurrido en mi país es una violación directa de la Carta de la ONU". Pero la Argentina prefirió mirar para otro lado y abstenerse..
Este pescado (periodista del diario La Nación), como se ve que perteneces a la mediocre parcialidad lame botas yanqui o judía, que si algo va en contra de lo que ellos opinan es una barbaridad..
ResponderEliminarArgentina es un País soberano y en segunda instancia ahora como no les gusta a los yanquis que ese referéndum de Crimea les halla salido en contra, todo esta mal..
que doble estándar tienen los países poderosos armamentistas (Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Israel, etc) para avalar el referéndum de Malvinas y en contra del de Crimea..
Martin Dinatale, periodista de La Nación, vos y el diario en el que trabajas son antiargentino, siempre a favor de Estados Unidos e Israel..por favor ándate de este País que esta cansado de que los extranjeros le roben todos los recursos y encima los vende patrias los criamos nosotros.