(La Nación) - Luego de que en julio del año pasado el Ministerio de
Defensa y el INTA sellaran un acuerdo para sembrar en los campos de las
Fuerzas Armadas, el convenio se puso en marcha esta campaña. En la
localidad cordobesa de Ordóñez, donde el Ejército posee unas 14.000
hectáreas, esa superficie se trabajó vía la organización de Intea SA,
una entidad que controla el INTA.
Allí se dieron algunas
particularidades. Según proveedores de insumos, quienes se pusieron al
frente de la explotación desde un primer momento ofrecieron comprar
productos "pagando todo a cosecha sin dar garantías de pago". Un
proveedor confesó: "Mientras un productor te da como mínimo un pagaré o
un contrato de canje por cereal, ellos sólo decían que iban a pagar todo
a cosecha, pero sin dar ningún tipo de garantías". Según trascendió, a
los contratistas de siembra les abonaron en su momento un 50% y les
prometieron cancelar el resto cuando se realice la cosecha. "Están
cortando clavos esperando el resto", contó la fuente.
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