Dicho sistema, con una autonomía de vuelo de tres mil
quinientos kilómetros, constituye un complemento, y no sustitución, a la
familia de misiles DF-21, que están siendo desarrollados hasta el día
de hoy. Por su alcance, el nuevo misil se corresponde con el viejo
sistema de combustible líquido DF-3, capaz de abatir objetivos a una
distancia de hasta tres mil trescientos kilómetros. Las diferentes
versiones del DF-3 constituían en su tiempo la base de las fuerzas
estratégicas chinas. No hace mucho tiempo los últimos misiles DF-3
fueron dados de baja. Se les sustituyó por los DF-21, que son más
móviles, usan combustible sólido, poseen una mayor precisión, pero, al
propio tiempo, ceden sustancialmente en la autonomía de vuelo que no
supera los 1700-1800 km.
La autonomía de vuelo del DF-21
no le permite abatir una serie de bases norteamericanas en la región,
incluyendo la isla de Guam. El empleo para tal fin de los relativamente
poco numerosos misiles balísticos intercontinentales chinos no es muy
conveniente que digamos. El sistema de armamento del Ejército Popular de
Liberación de China tenía alojamiento para los misiles balísticos de
3500-4000 km. de alcance y para los sistemas con autonomía de vuelo de
5000-5500 km.
Sus blancos pueden ser las instalaciones
militares y los objetivos estratégicos en islas del Pacífico, en todo el
territorio de la India, y si los misiles se instalan en la parte
occidental del país también pueden alcanzar a algunos países de Oriente
Próximo. A diferencia de los misiles balísticos intercontinentales,
tales sistemas menos costosos pueden ir equipados tanto con ojivas
nucleares como convencionales.
¿Es posible crear sobre
la base del nuevo misil balístico de medio alcance DF-26C un misil
balístico antibuque? La tarea puede resultar complicada. A lo largo de
la mayor parte del vuelo el misil balístico antibuque utiliza el sistema
de guiado inercial, el cual lo conduce hacia las coordenadas del
objetivo conocidas en el momento del lanzamiento. En la parte final de
la trayectoria en el misil debe activarse el sistema de guiado por
radar, que tiene un alcance limitado de acción. Si el objetivo durante
el vuelo del misil logra salir del campo de visión del sistema de
guiado, el misil no dará en el blanco.
Cuanto mayor
alcance tenga el disparo tanto mayor será el tiempo del vuelo y mayores
las posibilidades de que el buque-objetivo, que desarrolla una velocidad
de más de sesenta kilómetros por hora, logre escapar. La observación
del objetivo, durante todo el proceso de preparación del lanzamiento del
misil y su vuelo, puede resultar dificultosa. Además, la observación y
seguimiento seguros del grupo de ataque de portaaviones a tanta
distancia será una tarea complicada. En general, la creación de un nuevo
misil balístico antibuque de mayor alcance es real, pero puede requerir
grandes esfuerzos.
Por otra parte, el misil DF-21 es
utilizado actualmente en el programa del arma antisatélite china. Sobre
su base ha sido creado el misil interceptor KT-1. Durante las pruebas de
este misil se efectuaron exitosos impactos contra objetivos en el
espacio extraterrestre. Es posible que un misil más potente permita
abatir objetivos en órbitas más altas.
De tal modo, lo
más probable es que los misiles DF-26C se fabriquen en sus versiones
nuclear y convencional para abatir objetivos terrestres y, posiblemente,
sirvan de base para la creación de una nueva familia de arma
antisatélite. Pero la creación de la variante antibuque del SF-26C
parece ser menos probable.
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