La transformación del agro, que empezó a finales de los 70', fue fundamental para generar los excedentes que industrializaron al gigante asiático.
Durante el año pasado, la cosecha china alcanzó las 678 millones de toneladas, un récord histórico.
China produjo 678 millones de toneladas de granos en 2018, récord histórico; y la producción de granos ha aumentado más de 40% desde 2003, mientras que más de 300 millones de campesinos abandonaron en este periodo el campo por las ciudades, y se convirtieron en trabajadores industriales y de servicios.
Aún así, 314 millones de campesinos habitaban las zonas rurales en 2016, y representaban 40% de la fuerza de trabajo. Pero respondían sólo por 9% del PBI, con una productividad que era menos de un tercio del promedio nacional.
Esto hace que los ingresos de los productores sean un tercio o menos que los urbanos, con un PBI per cápita de los 1.440 millones de habitantes de U$S 10.000 anuales en 2018. El ingreso per cápita de los trabajadores rurales está en relación directa a su nivel de calificación.
Más de 50% de los productores tiene sólo educación primaria, con un promedio de edad de 55 años, casi 2 décadas por encima del urbano.
China utiliza el doble de fertilizantes y pesticidas por hectárea que el promedio mundial; y en las provincias del norte, que es la gran zona productora de alimentos, los productores utilizan el doble y el triple de agua por unidad de producto que el que requieren las regiones del sur.
La zona norte experimenta una situación de sequía crónica, con menos de 40% de la provisión de agua del sistema mundial.
El año pasado se cumplieron 40 años del proceso de reformas y vuelco al capitalismo lanzado por Deng Xiaoping en 1978. En este período, China creció 9,5% anual, y el ingreso per cápita pasó de U$S 272 anuales a U$S 10.000. En esta etapa, la pobreza pasó de 810 millones de personas a 30 millones, y la proyección es que esta última cifra bajaría significativamente hacia 2020.
La razón de ser de esta hazaña histórica fue que comenzó por el campesinado. Más de 85% de la población era campesina en 1978; y Deng Xiaoping le quitó de encima a los productores el peso asfixiante del Estado, impulsándolos a producir exclusivamente sobre la iniciativa individual, con una estructura de incentivos esencialmente capitalistas.
El excedente inmediato que logró el campesinado volcado a producir alimentos, haciéndose cargo de prácticamente la totalidad de las ganancias, lo volcó al desarrollo complementario de tipo industrial en el plano local. El excedente agrícola se transformó en inversión industrial.
Al mismo tiempo, los campesinos se especializaron en los productos que ofrecían mayores ganancias, en especial frutas y hortalizas.
Más de 20% del aumento del PBI agrícola entre 1978 y 1985 provino del proceso de especialización, según el Banco Mundial; y más de dos tercios del auge del producto se debió al desmantelamiento de las comunas estatales. Esta es la causa fundamental del “milagro económico” chino.
El éxito histórico de la República Popular surgió del agro; y la unidad productiva fundamental, fueron los campesinos y sus familias, no el Estado.
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