Por Matías Alonso - Agencia TSS
La empresa Techint amenazó con despedir a trabajadores del proyecto CAREM 25, con lo que buscó forzar una revisión del monto del contrato que obtuvo en el año 2017 para la obra civil del reactor experimental que se construye en el Complejo Nuclear de Atucha. El Gobierno abrió una instancia de negociación para que los trabajos continúen y no se demore su construcción.
A fines de enero pasado, autoridades de la empresa Techint comunicaron de manera informal a los trabajadores del proyecto CAREM que abandonaría la obra de la ingeniería civil del reactor experimental que se construye en el Complejo Nuclear Atucha. La razón esgrimida fue que estaba trabajando a pérdida por la negativa del Gobierno a actualizar los montos de la obra, disparados tras la devaluación de la moneda, y en la que se desempeñan alrededor de 350 trabajadores.
El CAREM es un reactor modular de energía nuclear de diseño argentino al que se lo considera con un gran potencial de exportación. Tras la suspensión de los contratos con China para la construcción de la cuarta y quinta central nuclear, el CAREM quedó como el proyecto más grande de la Argentina en este sector.
El proyecto consiste en la construcción de un prototipo de 25 megawatts (MW) para probar la tecnología, pero el modelo es escalable hasta los 400 MW de generación eléctrica. Cuenta con sistemas de seguridad pasivos, algo que suma seguridad y es muy buscado en todo el mundo, especialmente después del desastre de Fukushima. Este tipo de centrales es ideal para llevar energía a lugares aislados y es un nicho de mercado en el que las grandes potencias nucleares todavía no han incursionado de manera sostenida, por lo que se considera relevante que no haya retrasos en la obra para poder mantener una posición competitiva.
El CAREM es un reactor modular de energía nuclear de diseño argentino que se construye en el Complejo Nuclear Atucha.
La obra civil del CAREM comenzó en el año 2014 y desde su origen estuvo a cargo de la estatal Nucloeléctrica Argentina S.A. (NA-SA), hasta que, a mediados de 2017, el Gobierno decidió que esa obra pasara a la empresa Techint por 1148 millones de pesos, mediante la licitación 06/2016, en la que resultó ganadora. En los términos del contrato, de tipo llave en mano, se especifica que la constructora debe absorber los riesgos económicos de la obra para un reactor que debería estar operativo en el año 2022. “NA-SA no tiene por qué hacer obras de infraestructura”, habían dicho por entonces desde el Ministerio de Energía que comandaba Juan José Aranguren.
El anuncio del abandono de la obra forzó la reacción de la UOCRA y el gremio de la construcción presionó al Gobierno para que se abriera una instancia de renegociación. En diálogo con TSS, Julio González, de la UOCRA Seccional Zárate, dijo: “Pudimos frenar la decisión de la empresa y darle visibilidad a esta situación. Tuvimos una reunión con Julián Gadano –subsecretario de Energía Nuclear– y Rubén Semmoloni –presidente de NA-SA–, en la que nos pidieron paciencia porque se iban a reunir con Techint para llegar a un punto de acuerdo que no generara ninguna baja en los trabajadores”.
De la obra también forman parte empresas como INVAP –diseño del reactor–, IMPSA –a cargo de la vasija y el generador de vapor–, TECNA –planta del reactor–, la alemana Siemens –provisión de la turbina generadora– y CONUAR, una sociedad entre la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y el grupo Pérez Companc –provisión del corset de acero que contiene al reactor–.
Mientras tanto, las obras siguen durante la negociación. “Gadano nos manifestó que la negociación está en marcha y que Techint va a continuar la obra”, afirmó González. TSS intentó ponerse en contacto con Gadano para conocer los avances en las tratativas pero el funcionario se encontraba de viaje.
En este caso, Techint se comportó de forma diametralmente opuesta a como lo hizo en sus contratos de explotación en el yacimiento de Vaca Muerta, en los que el Gobierno intentó modificar las condiciones de la concesión debido a la crisis económica y la empresa presentó una solicitud de impugnación por “la afectación de los derechos adquiridos”.
Me parece que necesitariamos pensar en una figura de "Crimen contra el Estado". No puede ser que en cada proyecto habitualmente aparezcan conflictos: presupuestarios o sindicales, o con las empresas constructoras, inflación y no se otras cuantas variables. Al final, vamos a tener que resucitar al "Pepe Stalin" para que todos se dediquen -no por amor, sino por miedo- a cumplir con sus responsabilidades. Y si se transforman en "loquillos" enviarlos a tomarse un retiro espiritual en un Gulag...
Hoy, estoy histórico pero en cada noticia aparece algún actor que "mete palos en las ruedas" a algún proyecto. Amigos, cuantos años hace que estamos con el tema CAREM. Si no fabricamos uno (prototipo) en funcionamiento, no podremos exhibirlo a ningún país interesado. Realmente, me hierve la sangre. Es evidente que a las empresas no les interesa tener en su portafolio una separata que indique "existencia de sentir patriótico y amor por el país del cual nos aprovechamos" y por otro lado, esta el equipo de los de los admirables sindicalistas con un el prolijo cuidado de las rupias... Y bue... así estamos. Y si le agregamos a esta ensalada, los políticos, de turno -brillantemente locuaces, pero que ninguno explica el COMO van a solucionar los múltiples problemas que debemos enfrentar - no le veo salida aun a nuestra querida patria.
Disculpen la perorata, pero siempre lo mismo. Si mañana, hacemos globitos para el agua va a existir algún problema de como funciona una canilla...
Techint no es patriotica. Le importa un corno el pais y está claro que desde que salió el tema cuadernos y ellos fueron mencionados como coimeros, empesó a andar todo mal y busca presionar al gobierno!!
ResponderEliminarEl problema no es Techint. Las empresas deben responder a sus inversionistas, y hacen negocios para ganar dinero. Yo personalmente no invertiria dinero en una empresa que por "amor a la patria" pierde guita. Podemos argumentar que niveles de aumento serian necesarios, pero lo minimo seria ajustar por inflacion. El Estado Argentino es generalmente mal pagador (yo lo vivi estando alla), y el pais es muy inestable macroeconomicamente. Asi es MUY dificil hacer negocios en Argentina, y la planificacion de cualquier negocio se complica tremendamente. Eso, sumado a los costos laborales, que incluyen no solo los elevados costos de aportes, sino tambien el altisimo costo de despedir gente, asi como el accionar cuasi-ilicito de los sindicalistas. Yo vivo en USA y ya he vivido mas tiempo aca que en Argentina, y la verdad que Argentina es siempre lo mismo. Hay mucha gente que vive de la teta del Estado, incluyendo tanto a empresas como sindicatos, y la mayoria de la gente considera que esta bien que el Estado tenga control de los medios de produccion, en vez de tenerlos en manos privadas en competencia real. Los unicos paises que he visto que el Estado tenga medios de produccion que sean eficientes son en Noruega, Finlandia, y casos muy puntuales de Suecia y Francia (no la mayoria). En los demas, las empresas privadas tienden a operar mas productivamente. En Argentina, quizas INVAP, la mosca blanca... en casi todo lo demas esta todo corrompido lamentablemente.
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