lunes, 9 de marzo de 2015

La nueva SIDE crece de la mano de un acelerado ritmo de gasto

Por Laura Serra  | LA NACION
La Agencia Federal de Inteligencia figura al tope en el ranking de ejecución presupuestaria; por la contratación de agentes, ya gastó casi el 20% de sus fondos anuales, de $ 800 millones


Parrilli, días atrás en el Congreso, donde defendió los cambios en la ex SIDE. Foto: Archivo

Oscar Parrilli desembarcó como titular de la flamante Agencia Federal de Inteligencia (AFI) sin escatimar en gastos. Todo lo contrario: el organismo dedicado a las tareas de inteligencia nacional figura primero en el ranking de ejecución presupuestaria, ya que en estos dos meses consumió casi el 20 por ciento de su presupuesto -que ronda los 800 millones de pesos anuales-, cuando el promedio del gasto total es de 10,8 por ciento a esta altura del año.

Este ritmo acelerado en la ejecución de los gastos de inteligencia en sólo un bimestre prácticamente no tiene antecedentes.

De hecho, la antecesora de la AFI, la Secretaría de Inteligencia, nunca requirió refuerzos presupuestarios, tan habituales en otras áreas del Gobierno. Según se desprende de la página web del Ministerio de Economía, la mayor parte de lo que ya se consumió fue a parar a gastos de personal, un dato que no debería sorprender, ya que, tal como publicó la nacion una semana atrás, la nueva conducción de la AFI se lanzó de lleno a reclutar nuevos espías en los semilleros de la militancia kirchnerista.

En efecto, según publicó la nacion, en el último mes se habrían incorporado entre 200 y 300 jóvenes militantes a la AFI, en su mayoría provenientes de organizaciones kirchneristas como La Cámpora y el Movimiento Evita. Entre ellos habría unos 20 miembros del círculo íntimo de Parrilli.

El problema principal de los gastos de inteligencia es que, a diferencia de las restantes áreas del Estado, nadie los controla, y constituyen, por esa razón, un enorme agujero negro.
 
Bajo el amparo del rótulo "confidencial", las autoridades de esta área se resisten a revelar cuánto y cómo se ejecutan los gastos reservados que están contemplados dentro del presupuesto general de inteligencia. El diputado nacional Manuel Garrido (UCR) averiguó que el año pasado alcanzaron los 294 millones de pesos; para saber en qué se gastó este monto, elevó un pedido de acceso a la información al Poder Ejecutivo. No tuvo éxito.

"Esta semana [por la que pasó] me lo rechazaron -relató el diputado a la nacion-. Adujeron que es información secreta. Lamentablemente, el Gobierno abusa al invocar el secreto sobre cuestiones que no son tales. Podría incluso gastar más que lo presupuestado, pero nunca lo podremos saber porque no se puede acceder a esa información, que tampoco aparece discriminada en la cuenta de inversión."

SIN CONTROL

Supuestamente, los gastos reservados de la ex SIDE y ahora AFI han sido y deben ser controlados por la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia, que funciona en la órbita del Congreso. La nueva ley de inteligencia ratifica lo que en líneas generales planteaba la normativa anterior. Esto es, que esa comisión tiene entre sus deberes controlar la ejecución de los gastos tanto públicos como reservados. Sin embargo, esta comisión bicameral -dominada por el oficialismo- raramente se reúne durante el año, por lo tanto mal puede hacer un control exhaustivo de los organismos de inteligencia.

Los resultados del descontrol saltan a la vista. La propia presidenta Cristina Kirchner debió descabezar a fines del año pasado la cúpula de la ex SIDE por enfrentamientos dentro del organismo y sospechas de deslealtad de algunos de sus máximos agentes. Según la teoría oficial, estas reyertas internas llevaron a la muerte al fiscal Alberto Nisman en enero pasado, denunciante del Gobierno, con el propósito de desestabilizar la gestión de la Presidenta.

A pesar de la escasa labor de la Comisión Bicameral, hay que decir que cuenta con un presupuesto millonario y que lo ejecuta hasta el último centavo. El año pasado, tuvo una partida original de 6,6 millones de pesos, pero al final terminó ejecutando mucho más, unos 10,6 millones de pesos. Para 2015 se fijó este mismo presupuesto, es decir 10,6 millones, y en apenas dos meses los legisladores llevan gastados un 25% de ese total. Así consta en la página web del Ministerio de Economía.

Fuentes legislativas confesaron a la nacion que buena parte de ese monto va a parar a nombramientos de personal, un botín político que se reparte discretamente entre la UCR y el Frente para la Victoria, los únicos dos bloques integrantes de la Comisión Bicameral. Esta actuación mereció un duro informe por parte de la Asociación de los Derechos Civiles (ADC) el año pasado.

UN GIRO QUE EXIGE MÁS PRESUPUESTO

Nuevo organismo - Surgida como respuesta a la crisis que provocó en el gobierno nacional la muerte del fiscal Alberto Nisman, la nueva AFI reemplazó a la Secretaría de Inteligencia (ex SIDE), pero retuvo a toda su estructura

Agentes militantes - El organismo quedó a cargo de Oscar Parrilli, nuevo jefe del espionaje. El funcionario decidió ampliar la planta de agentes con la incorporación de entre 200 y 300 jóvenes, en su mayoría surgidos de la militancia K

Gasto acelerado - El gasto de la nueva agencia se disparó en los primeros meses del año, en los que consumió el 20% de su presupuesto anual, de unos 800 millones de pesos.

Del editor: qué significa. La oscuridad en el manejo de los fondos para las tareas de inteligencia parece especialmente inquietante en el contexto surgido tras la muerte de Nisman.

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