martes, 31 de marzo de 2015

Entrenan en Japón a médicos argentinos en una técnica de cateterismo cardíaco

Por Fabiola Czubaj  | LA NACION
Es el acceso por la arteria de la muñeca; afirman que reduce las complicaciones

Saito (a la izquierda) supervisó a sus estudiantes. Foto: Gentileza JICA

En nueve de cada 10 cateterismos que se hacen en el país para detectar o tratar las lesiones de los vasos sanguíneos que "alimentan" el corazón, los especialistas llegan hasta la lesión potencial por la arteria femoral, en la entrepierna. En el caso restante, lo hacen por la arteria radial, en la muñeca. Pero esta relación estaría cambiando por los beneficios que le atribuyen a la segunda vía de acceso.

"Es una técnica innovadora, segura, de bajo costo para el sistema de salud y que le permite al paciente una rápida reinserción social y laboral", dijo el viceministro de Salud de la Nación, Eduardo Bustos Villar, durante la presentación de los cinco primeros médicos argentinos que participaron en Japón del entrenamiento en el enfoque transradial. La capacitación es parte del Programa sobre Cardiopatía e Intervencionismo Coronario que la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) impulsa con una empresa de ese país que produce los dispositivos para intervencionismo coronario.

Las comparaciones publicadas hasta ahora entre una y otra técnica de acceso arterial parecen inclinar la balanza en favor de la vía transradial. "En general, el éxito y las complicaciones son similares, excepto en el sangrado", explicó el reconocido médico intervencionista Shigeru Saito, director del Laboratorio de Cardiología y Cateterización del Hospital General Shonan, de Kamakura, Japón.

"Con el acceso por vía femoral, el paciente no puede caminar enseguida. En cambio, por la vía transradial, el paciente sale caminando de la sala, puede ir al baño y puede alimentarse solo. A las tres horas, recibe el alta y el mismo día puede ir a trabajar, ya sea después de una angiografía o de una angioplastia", indicó a LA NACION. Eso sí: insistió en que es clave la capacitación. "La desventaja es que es un procedimiento difícil de aprender y técnicamente complejo -dijo a LA NACION-. Su uso mejora la atención y reduce los costos en salud. Pero antes hay que garantizar una buena formación de los médicos."

El año pasado, Saito entrenó a este primer grupo de médicos argentinos en su país y, ahora, visitó la Argentina para supervisarlos en las salas de cateterismo donde trabajan habitualmente. Son Pablo Pollono (Hospital El Cruce), Juan Pablo Zimmerman (Instituto Fleni), Gustavo Andersen (Clínica Bazterrica), Laura De Cándido (Hospital Naval) y Alejandro Álvarez Iorio (Hospital Privado del Sur de Bahía Blanca). De regreso, todos comenzaron a utilizar el acceso por la arteria de la muñeca como primera elección en todos sus procedimientos, ya sean diagnósticos o terapéuticos.

Saito comentó que en un último análisis publicado, con más de 4000 pacientes tratados con cada técnica, el riesgo de sangrado con el enfoque transradial se reduce casi a la mitad. Eso, según explicó, mejora la seguridad y la comodidad para el paciente. Y en costos, en más de 7000 intervenciones evaluadas, la diferencia entre ambas técnicas es de unos 830 dólares por paciente.

"Cuando se introduce el catéter por la arteria femoral para realizar una angioplastia con stents, el paciente no puede volver a caminar inmediatamente, tiene que quedar internado y hacer reposo -detalló-. Un 2-3% tiene un hematoma por sangrado, que es una complicación que cuadruplica el riesgo de muerte."

Cada año, Saito hace 1000 procedimientos por vía transradial en su hospital y unos 300 en centros fuera de Japón que se transmiten en directo vía Internet a otros hospitales. Su especialidad son las oclusiones coronarias graves, que trata por la arteria de la muñeca desde hace 20 años.

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