lunes, 3 de marzo de 2014

El monumento a Colón, entre una plaza de la Recoleta y una rotonda de Villa Lugano

Ya comenzaron los estudios para mudar el monumento de Cristóbal Colón a otro lugar de la ciudad. A pesar de que la Justicia todavía no resolvió las demandas presentadas por asociaciones italianas para que la estatua no sea desmantelada -cosa que ya ocurrió- ni trasladada de su emplazamiento detrás de la Casa Rosada, desde la Nación le pidieron al jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, que apoyara la idea de retirar la estatua de la plaza Colón.

Ya hay dos alternativas posibles como destino: la plaza Justo José de Urquiza, lindera al Palacio de Bellas Artes, en Recoleta, o alguna de las tres rotondas de la avenida Escalada, en Villa Lugano, a metros del parque Indoamericano y de la Villa 20, donde hace una semana centenares de personas usurparon un predio de la ciudad y se niegan a abandonarlo.

Las partes del valioso monumento creado por Arnaldo Zocchi hace casi un siglo se encuentran por estas horas tiradas en el espacio verde que da al despacho de la presidenta Cristina Kirchner. Ella es la más interesada en la mudanza de la tradicional estatua: quería poner, en su lugar, una escultura de Juana Azurduy, heroína de la emancipación americana.

La primera alternativa que estudia la Ciudad tiene el visto bueno del Círculo Italiano: la plaza Justo José de Urquiza, frente a la facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Allí, el Ministerio de Ambiente y Espacio Público encargó estudios de factibilidad del suelo para ver si es viable la instalación.

El monumento al navegante genovés, obsequio de la colectividad italiana residente en la Argentina con motivo de las fiestas del Centenario de la Revolución de Mayo, mide 26 metros de altura y pesa 623 toneladas. "Lo que se está realizando son mediciones de suelo, porque hay que hacer una fuerte estructura de cemento para sostener tamaño peso", confió un legislador porteño.

Pero las autoridades porteñas no están convencidas de enclavar este monumento en el corazón de Recoleta. Evalúan mudarlo al Sur de la ciudad. Más precisamente, a una de las tres rotondas que tiene la avenida Escalada -arteria que divide los barrios de Villa Lugano y Villa Soldati- en los cruces con Castañares, José Batlle y Ordóñez, y Fernández de la Cruz.

Algunos funcionarios opinan que la estatua tiene que estar en el Sur, y la intención de instalarla en algunas de estas tres rotondas persigue el interés de revalorizar la avenida Escalada con un monumento similar al de "los españoles", en la avenida Del Libertador y Sarmiento, en Palermo. Esta última opción es resistida por la comunidad italiana.

Reclamo
El Círculo Italiano, junto con organizaciones proteccionistas del patrimonio histórico, intentaron detener en repetidas oportunidades el desmantelamiento, desmembramiento y posible traslado del monumento. Alejandro Marrocco, abogado que representa a siete asociaciones italianas, comentó que pasado mañana presentará un nuevo escrito en el que reclamará una sentencia definitiva.

"La semana pasada nos presentamos ante la Justicia para pedir la ampliación de la medida cautelar que regía sobre el monumento. Al ver que ya estaba casi todo desmantelado, pretendíamos que se preservara lo poco que quedaba para que se impidiera el traslado, porque entendemos que si lo desmantelan están forzando a que lo coloquen en cualquier otro sitio. Sin embargo, el miércoles [pasado] desmontaron las figuras restantes, ya que desde el Poder Judicial resolvieron dilatar la cuestión", sostuvo Marrocco.

Durante este mes el proceso quedará a cargo del juez en lo contencioso administrativo Ernesto Luis Marinelli. "Espero que el magistrado dicte un pronunciamiento que le imponga ejemplares costas al Poder Ejecutivo Nacional y al gobierno de la ciudad", en virtud de sus incumplimientos, dijo Marrocco.
 
 La disputa por Colón comenzó el 23 de abril de 2013, cuando la ONG Basta de Demoler radicó un amparo para impedir que el Gobierno lleve la estatua de Colón a Mar del Plata, como era su intención manifiesta. El 31 de mayo, una grúa llegó a la plaza Colón para desmantelar el monumento. La Justicia frenó su remoción. Pero 12 días más tarde autorizó a la Nación a desmontarlo, aunque sólo para restaurar la estatua. Nada de eso ocurrió: desde entonces, las piezas del conjunto descansan en el suelo a la espera de una resolución no sólo judicial, sino política.

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