La
expansión del conglomerado de empresas que forman el grupo que lidera
Cristóbal López no deja de crecer: cuando se terminen de firmar los
papeles de la operación, el patagónico habrá ingresado en el negocio de las autopistas.
Tres fuentes confirmaron la operación, tanto de los vendedores como de los compradores. Sin embargo, no trascendieron aún ni el porcentaje que se transferirá ni el monto involucrado en la transacción. Sólo había un dato confirmado por los vendedores: 7% del 10% de las acciones que el Banco Galicia tiene en Autopistas al Sur pasará a manos de CPC. Por el resto, que es propiedad de la española OHL, continua aún la negociación.
Más allá de lo que las partes reconocían en voz baja hasta anoche, dos fuentes del sector vial confirmaron que CPC se hará de la mayoría de las acciones. Y hay un dato más que no es menor: Cristóbal López no se caracteriza por comprar empresas que no vaya a manejar con la mayoría de las tenencias accionarias. Y menos aún si se trata de una concesionaria de servicios públicos.
La operación requiere una mano de barniz de legalidad como para que pueda formar parte del abanico de empresas del patagónico. Sucede que López es dueño de Indalo Media, una división de negocios con la que participa, entre otros negocios, en Radio 10, el canal de noticias C5N, el portal de noticias Minuto Uno y un puñado de radios FM.
Por esta actividad está alcanzado por la ley de medios, que establece que quien explote un servicio público no puede tener licencias de servicios de comunicación audiovisual. Justamente por ese motivo la constructora CPC fue separada formalmente del Grupo Indalo, aunque mantiene no sólo el management, sino también la gestión formal de la empresa.
Algo similar sucedió con la empresa de colectivos urbanos que Indalo tenía desde hace años en Neuquén y que inmediatamente después de la compra de los medios fue entregada a otro grupo empresario.
Actualmente, la autopista está operada por el grupo español OHL. La concesión del tramo de 60 kilómetros dejó de ser un negocio rentable hace varios años. El problema que la afectó es la destrucción de la ecuación financiera que no soporta el alza de los costos al ritmo de la inflación, mientras los ingresos (peajes) están prácticamente congelados. Actualmente, por pasar la barrera en una estación un auto paga cuatro pesos. Sólo por establecer una comparación, Autopistas del Oeste les cobra a los usuarios 8 y 10 pesos por tramo (según se trate de hora pico o no). Autopistas del Sol tiene varios tramos, pero sus precios van desde 8 hasta 13 pesos, según se trate de una determinada hora y distancia. Todos, claro está, muy por encima de Autopistas al Sur.
Tarifas atrasadas
El interés de López en la concesión radica en la posibilidad concreta de que aumente el precio de los peajes, además de poder generar contratos de obra pública adjudicados a la constructora.
Algo similar a la situación que vive este acceso a la ciudad de Buenos Aires -por el que según informa OHL pasan 197.000 autos por día- padeció la autopista que une Buenos Aires con La Plata y que, además, empalma con la autovía que llega a Mar del Plata. A diferencia de lo que sucedió con las firmas de la española Abertis (Autopistas del Sol y del Oeste), nunca actualizó el precio de los peajes, como reclamaba el concesionario. La ecuación financiera se rompió, los trabajos de mantenimiento se paralizaron, el negocio dejó de serlo y la explotación se revirtió, y pasó, en este caso, a manos del gobierno de la provincia de Buenos Aires.
Esta vez no sería el Estado el que rescata a la empresa sino CPC, una empresa que nació como Comercial del Plata Construcciones, de la mano del Grupo Soldati. En 2009, la constructora fue comprada por Cristóbal López. Y nunca dejó de crecer..
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