Por Katia Dolmadjian
| Agencia AFP
PARÍS.-El espionaje electrónico entre
países, incluso aliados, es algo habitual e inevitable para defender el
ciberespacio, que se ha convertido en un "ámbito" militar como cualquier
otro, señalan expertos.
Desde hace varios meses, las revelaciones del ex consultor de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA) Edward Snowden muestran la magnitud de Prism, el programa de espionaje masivo mundial.Las revelaciones también crean tensiones entre aliados, como ocurrió el lunes cuando Francia y México reaccionaron con indignación al enterarse por Le Monde de que la NSA había espiado millones de comunicaciones y todo tipo de mensajes en esos países, o ayer, cuando Berlín anunció que el celular de Angela Merkel habría sido hackeado .
Esas prácticas son "inaceptables", insistió anteayer el canciller francés, Laurent Fabius. La ministra de Economía Digital francesa, Fleur Pellerin, emitió críticas similares, aunque reconoció que ese fenómeno "ha existido siempre". Una opinión compartida por expertos.
Las revelaciones sobre las operaciones de la NSA hacen "que se señale a un país, pero hay espionaje en todas partes", afirmó recientemente Patrick Pailloux, director de la Agencia Francesa de Seguridad de Sistemas de Información (Anssi).
"La NSA tiene medios financieros enormes, lo que forzosamente sirve para algo. Hay una fingida ingenuidad por parte de ciertos Estados, pero si sus propios servicios secretos pudieran hablar...", comentaba recientemente Bernard Ourghanlian, director de Microsoft France.
Espiar a otro Estado o a empresas de otro país es práctica conocida. Desde mediados de año, "todo el mundo se ha dado cuenta de que no estamos en un mundo de angelitos y que nadie se priva de espiar a países «aliados»", señala Loic Guezo, director de la firma japonesa Trend Micro.
Sea con fines económicos y de competencia (recuperar datos industriales), con objetivos ideológicos (espionaje diplomático) o simplemente por hazaña técnica, "todos los Estados son ciberespías cuyas motivaciones varían, pero que utilizan las mismas técnicas", sostiene Laurent Heslault, director de seguridad de Symantec. "Hoy, cualquier conflicto conlleva su ciberconflicto. El ciberespacio es un nuevo «ámbito» militar, como la tierra, el aire o el mar", afirma.
Los ataques contra los sistemas informáticos son cada vez más obra de grupúsculos "patrocinados" por Estados, como el Ejército Electrónico Sirio o grupos chinos "que se sabe tienen mandato oficial del gobierno", asevera Guezo. En China se identificaron unos 200 grupos ligados al gobierno, según la firma norteamericana FireEye.
"El ciberespacio es una zona de guerra de pleno derecho en la que los tiros se desencadenan mucho antes de que empiecen las operaciones militares clásicas en el terreno de combate. Pero un misil puede ser identificado, en tanto resulta sumamente difícil saber quién está detrás de un ciberataque", afirma Denis Gadonnet, ejecutivo de FireEye en Europa..
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