Por Andrea del Río - Cronista.com
Compactos. Portables. Energéticamente eficientes. Estilosos. Los sistemas modulares habitacionales de última generación se proponen como soluciones arquitectónicas simples, design y ecofriendly.
El anhelo primitivo de regresar al cobijo de la naturaleza. La ilusión infantil de habitar al abrigo de la copa de los árboles. La necesidad vital de comprobar que con menos se está -y se es- mejor. A tono con emprendimientos que florecen en los bosques de Suecia, Noruega y el Círculo Polar Ártico, bajo la modalidad de cabañas-roca o refugios-nido, ya existe en nuestro país un emprendimiento de casas compactas de lujo.
Bautizada Escape House, es una propuesta de arquitectura modular, simple y ecológicamente eficiente, que se entrega customizada y llave en mano en 60 días, ideal como vivienda residencial de fin de semana, si bien admite configuraciones que la conviertan en tienda comercial, oficina, showroom o atelier.
"A lo largo de la historia, la manera en que la gente construía sus viviendas era un reflejo de su estilo de vida. A diferencia de los viejos tiempos, donde el estatus social se medía según el tamaño de la casa que se erigía, siendo directamente proporcional a su poder adquisitivo, en los tiempos modernos vemos una tendencia hacia casas de escala más reducida que comprenden valores como la eficiencia pero también la estética y la funcionalidad, lo cual lleva a descartar todo elemento superfluo, de modo de tomar ventaja de cada centímetro de espacio disponible", detalla Lucas Bisiani, creador del sistema Escape House. Arquitecto (Universidad de Buenos Aires), con trayectoria reciente en el estudio boutique londinense Brookes/Stacey/Randall (actualmente SpaceCraft Architects), Bisiani concibió la idea de comercializar casas premium de diseño preconcebido de la misma manera que se compra un auto de alta gama, es decir, como un producto terminado.
Así, a los dos meses de encargado, el módulo portable es entregado e instalado en el terreno designado. Los primeros modelos ya disponibles son de 42 metros cuadrados (escalables a 56 y 84 metros cuadrados), con estructura de acero, superficies exteriores cementicias y texturadas, revestimientos cerámico o porcellanato en los baños, pisos de madera flotante en living y dormitorio, galería con deck de madera de guayuvira y cocina totalmente equipada.
"Mi idea es recrear la tipología de loft palermitano puesto en medio de la nada, con un estilo de decoración interior contemporáneo y, al mismo tiempo, de una alta movilidad que permite relocalizar la unidad. Es una propuesta que se ubica en el extremo opuesto a la casa de country de 800 metros cuadrados: es perfecta para quien haya aprendido a estar cómodo en superficies no tan generosas pero con detalles de lujo", apunta Bisiani.
Fuentes especializadas aseguran que aproximadamente un 37% del consumo energético del país se emplea en el hábitat construido. Según Bisiani, "si a estos factores se suma el consumo de las industrias para fabricar los componentes de las viviendas, el efecto resultante es altamente costoso para el medioambiente. En cambio, este modelo de casa racionalizada no sólo evita los disgustos y complicaciones que supone el método tradicional sino que asegura un reducido impacto medioambiental por su eficiente aislación térmica. La ventaja adicional es que también anula la aparición de gastos adicionales ya que el precio final comprende el diseño y producción en fábrica, el transporte y la implantación de la vivienda y sus servicios". Así, la unidad básica de 42 metros cuadrados se cotiza entre u$s 47 mil y u$s 54 mil; el módulo de 56 metros cuadrados, entre u$s 59.500 y u$s 68.500; y la fracción de 84 metros cuadrados, entre u$s 89 mil y u$s 103 mil.
Bajo el lema Tu lugar en cualquier lugar, se asume como una solución ideal para: "La pareja que tiene un terreno en la montaña y le gustaría empezar a disfrutarlo sin pasar por los sinsabores de la construcción, para el dueño de un campo que quiere tener en forma casi inmediata una casa para invitados, para el propietario de un lodge que quiere agregar cabañas sin interrumpir el funcionamiento del complejo, para una pareja que quiere vacacionar a veces en la Patagonia y a veces en la playa".
Sucede que, a diferencia de los sistemas convencionales de prefabricadas, una EH no necesita losa (descansa sobre ocho pilares), el trabajo en terreno es mínimo (cinco días) y tiene garantía de relocalización (la estructura en acero galvanizado, combinado con madera, placas de cemento y fenólico, se levanta y transporta sin deformaciones). "En un contexto de alta inflación, este tipo de construcción permite comenzar y terminar la obra dentro de una misma realidad económica. La rápida puesta en funcionamiento genera beneficios financieros y asegura el costo fijo. Uno tiene la casa que compra, sin más", explica Bisiani. Un regreso inteligente a la naturaleza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios mal redactados y/o con empleo de palabras que denoten insultos y que no tienen relación con el tema no serán publicados.