Es por la ampliación del impuesto al sello. El macrismo apunta a gravar ahora el gasto con tarjeta. También la comercialización de usados y la contratación de seguros.
Es uno de los proyectos que comenzará a ser considerado a partir de la semana próxima con la Ley Tarifaria y de Código Fiscal, junto con el Prespuesto, en la Legislatura y ya es criticado por la oposición, que, en general, considera que no es el momento indicado para subir la presión impositiva en plena crisis financiera mundial.
El impuesto al sello sólo es abonado en la compraventa de inmuebles (con la excepción de viviendas únicas de hasta 360 mil pesos), alquileres de locales y viviendas para turistas, además de la compra de embarcaciones y aeronaves deportivas. En el ejercicio de 2008 el Estado porteño recaudó con ese gravamen unos 350 millones de pesos. Sin embargo, con la ampliación que impulsa la administración de Mauricio Macri el impuesto cobrará el 2% del total de una transacción por la compra de un automóvil, el 0,8% de la prima de una póliza de seguro seguros de automotores, vida, retiro, o contra robo o incendio de una propiedad, además del 6 por mil por cada resumen de tarjeta de crédito recibido. Si el usuario gastó un mes tres mil pesos, pagará 18 en ese ítem fiscal. De acuerdo a la información difundida por el diario Clarín, el Gobierno de Mauricio Macri justifica el nuevo esquema tributario en que ese impuesto al sello existía hasta 1994, cuando desde el Gobierno de Carlos Menem impulsó un pacto fiscal para que las provincias restrinjan su cobro, pero sólo fue respetado por La Rioja, Tierra del Fuego y la Ciudad de Buenos Aires.
También señalan que la Ciudad afronta un 90% del gasto con sus propios recursos, mientras que el resto de las povincias se nutren mayormente de la coparticipación federal. Por el lado de la oposición, el legislador Diego Kravetz, presidente del bloque del Frente para la Victoria, advirtió que “cualquier economista dice que aumentar impuestos en momentos de recesión provoca más recesión”.
El ex jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, dijo que “es un cambio que afectará al consumo, principalmente a las clases media y baja” y consideró que “retirar $300 M hacia el fisco es regresivo”, además de preguntarse “¿Por qué Macri no le cobra impuesto al juego o a las transferencias de futbolistas?". Por el lado de la Coalición Cívica, Enrique Olivera le recomendó al Ejecutivo “revisar todo el Presupuesto, porque cuando lo armó las condiciones económicas eran otras”, mientras que Marcelo Meis, cercano al PRO pero hombre de Ricardo López Murphy al fin, destacó que sería "inoportuno aumentar costos con los impuestos cuando el consumo baja”.
Fuente: Infobae.com
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