viernes, 25 de junio de 2010

Las Imbatibles Hormigas

Por Francisco Leloir, Ingeniero Agrónomo

Son uno de los mayores enemigos de nuestras plantas y si bien hay muchas formas de combatirlas, es muy difícil tener éxito y erradicarlas. Qué hacer cuando se detecta la invasión de hormigas en el jardín.
Si bien el grupo de las hormigas, desde un punto de vista zoológico, es muy amplio, para un jardín el problema más importante es el planteado por la hormiga negra común, llamada Acromyrmex lundi, Guer. Sus clásicos caminos y las “bocas” de entrada al hormiguero, pero sobre todo el daño sobre las plantas cultivadas, son tema mayor en la vida de un jardín.

¿QUE PUEDE HACERSE? En el mejor de los casos las hormigas pueden alejarse del cultivo en cuestión. Sabido es que estos insectos conviven con la cultura desde tiempos inmemoriales siendo invencibles. A través de esta nota se irán proponiendo algunas ideas vinculadas al control de estos insectos.

LA PLANTA QUE SE CULTIVA. Este tema reviste gran importancia. La experiencia indica que algunos árboles autóctonos no son dañados por las hormigas podadoras. Por ejemplo la cina cina, que además en estos años de una prolongada sequía en el sudoeste bonaerense nunca fueron regadas y, sin embargo, expresan una extraordinaria vitalidad. Lo mismo sucede con los agaves o pitas americanas, que tampoco exigen riego ni control de hormigas. El pastoreo del ganado tampoco los afecta. Son ejemplos de plantas de “mantenimiento cero”.

La idea lleva a poner nuestra mirada sobre las plantas llamadas “del lugar”, sean los espinillos, algarrobos, sombras de toro, ombúes, anacahuitas y tantos otros, incluso las plantas herbáceas, frecuente y lamentabemente olvidadas. Ésta sería una primer propuesta.

AHUYENTARLAS Y NO ELIMINARLAS. Con paciencia mediante, se ha comprobado que cuando se les desordena la entrada al nido, removiéndola superficialmente mediante una pala de punta, no en el primer intento, pero sí después de varias veces, las hormigas se mudan, abandonando el lugar, yéndose más lejos donde su presencia puede no preocupar. Así, se ha logrado alejar en el campo a varios hormigueros instalados bajo el piso de algunas construcciones.

LA DESTRUCCION DEL NIDO. La hormiga podadora no se alimenta directamente del material que poda, supongamos un rosal, sino que el material cortado es llevado al interior de la cueva o nido donde sirve para cultivar el hongo que, éste sí, constituye el verdadero sustento del laborioso hormiguero.

Este nido se encuentra bajo tierra a profundidades diferentes según el tipo de terreno: en los lugares bajos, a veces inundables, esta “olla” puede descubrirse casi a flor de tierra. En años de inundación el nido es hasta construído aprovechando los palos de alambrados u otras elevaciones. Sin embargo, lo corriente es encontrar el nido a una o dos palas de profundidad, aunque en terrenos altos y secos como son las serranías, las hormigas construyen su nido a profundidades mayores.

La técnica llamada "cavar la olla", consiste, entonces, en recurrir a una pala de punta y comenzar un pozo en la boca del hormiguero establecido hasta llegar a una gran cueva donde las hormigas cultivan su hongo-alimento y se reproducen. Se ha “cavado la olla”, como se dice en el campo, cuando basta echar unos baldes con agua y algo de aceite quemado, kerosene, gas oil o el producto que se tenga a mano para poder revolver una especie de barro o pastón donde muere la colonia entera. Esta olla permanece abierta un par de días hasta comprobar su destrucción total, para luego tapar el mismo con tierra. Esta técnica sólo es posible en terrenos despejados donde podría iniciarse una plantación. En los jardines urbanos o pequeños espacios verdes no siempre es posible localizar el nido.

Las hormigas negras comunes, prácticamente presentes en todos los jardines, destruyen las plantas para nutrir a los hongos que cultivan, de los cuales se alimentan. Si no se controlan cuando aparecen, el daño puede ser considerable.

LAS RECORRIDAS FRECUENTES. La plantación nueva debe recorrerse diriamente detectando eventuales daños causados por las hormigas, también la presencia de caminos y hormigueros. Los hormiguicidas son útiles y, creemos, irreemplazables más allá de su impacto ecológico. El clásico hormiguicida líquido (NR: HORTAL) que se agrega al agua de la regadera vertido en la boca del hormiguero o en la base de la planta a proteger es uno de los métodos de lucha.

PROTECTORES INDIVIDUALES. El comercio ofrece rollos de bandas plásticas con esponja hormiguicida incorporada que, cortadas a la medida del tallo, permiten envolverlo e impedir el ascenso de las podadoras. El sol, vientos, lluvias, riegos y temperaturas pueden reducir la vida de estas estructuras.También existe una lana sintética usada de la misma manera -la cual se recomienda que sea revisada periódicamente-.

Se han visto daños muy severos cuando se usa lana de ovejas con grasas minerales incorporadas que destruyen la corteza del árbol. También el de geles adhesivos que pueden descorticar en forma de anillo el tallo. Los cebos tóxicos son llevados por las hormigas obreras al nido cuya temperatura y humedad relativa provoca la reacción química que libera gases letales para el hormiguero. Sin embargo, cuando las condiciones exteriores son de altas temperaturas y humedad, dicha reacción química se produce al aire libre. Además la inteligencia de las hormigas rápidamente les indica que los cebos atractivos no les son favorables y no los levantan una vez descubierta la situación. Productos recientes, a la manera del llamado “clap” también poseen la capacidad de ahuyentar y eliminar hormigas.

Fuente: Supercampo

2 comentarios:

  1. Gracias. Muy útil.Firmado: Nicolás Ramón Roldán.http://www.muyugly.blogspot.com/

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  2. Gracias. Muy útil.Firmado: Nicolás Ramón Roldán.http://www.muyugly.blogspot.com/

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