Por Alicia De Arteaga - aarteaga@lanacion.com.ar
Fue una gestión de Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gabinete del gobierno de Macri, la que dio nuevo impulso al proyecto de ampliación del Malba, que espera ahora el voto de la Legislatura porteña. Dormido en un cajón desde 2006, cuando fue frenado por cuestiones de impacto ambiental, el nuevo Malba ha vuelto a ver la luz y, si se cumplen los plazos previstos, será inaugurado en 2012. Sumar salas y metros era un viejo anhelo de su fundador, Eduardo Costantini, quien nunca comprendió por qué debía sortear acusaciones de impacto ambiental, cuando el proyecto irá bajo tierra y a menos de cien metros, sobre la calle Salguero, se levantan dos torres descomunales que superan en altura a los edificios vecinos, salvo la otrora cuestionada torre de Viñoly, un gigantesco tótem de vidrio y cemento sobre la plaza Alemania.
Inaugurado en septiembre de 2001, el "primer" Malba fue diseñado por los cordobeses Atelman, Tapia y Fourcade, ganadores por concurso de una oportunidad única para quienes estaban en el comienzo de su carrera. La ampliación prevista exigirá una inversión de 5 millones de dólares, se hará por debajo de la plaza Perú, incorporará 3840 metros cuadrados y albergará un patio de esculturas con techo vidriado, una suerte de claraboya gigante, a la manera de la pirámide del chino Pei para el Louvre, sólo que a ras del suelo.
El diseño de esta nueva ala subterránea lleva la firma de Carlos Ott, uruguayo, autor del proyecto de la Opera de la Bastilla, en París; del edificio de Zurich sobre la plaza Libertad, y del aeropuerto de Punta del Este. En el futuro, un lobby con escaleras mecánicas, ubicado donde está hoy el restaurante, conectará ambos edificios, en tanto que el restaurante se mudará al subsuelo. Desde que abrió sus puertas, el Malba ha duplicado las obras de su colección (de 220 a 470) con la incorporación de arte argentino actual. La ampliación tendrá una gran sala de 900 metros cuadrados, dos nuevos auditorios y un taller para niños.
Costantini, quien se adjudicó días atrás el último terreno sobre la avenida Madero al pagar el récord de 181 millones de dólares, piensa no cerrar el Malba durante la ampliación y reducir drásticamente el déficit actual: bajar de 2 millones de dólares a 500.000 de la misma moneda. Todo un desafío.
Fuente: Diario La Nación
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