Por Pablo Tomino - LA NACION
El gobierno porteño lanzó la licitación para instalar el paso vehicular, que será móvil; afirman que beneficiará a 3,5 millones de personas
El gobierno porteño llamó a licitación para la construcción de un nuevo puente giratorio sobre el Riachuelo, que unirá la avenida Roca, en Avellaneda, con la avenida Patricios, en la Capital. Será otro canal de conectividad vial entre ambos distritos y, según los funcionarios, beneficiará a 3,5 millones de personas que viven en la zona sur. Esta iniciativa, denominada puente Roca-Patricios, comenzó a encaminarse en 2006 con un convenio entre los gobiernos de la Nación, la provincia de Buenos Aires y la ciudad, pero, tras demoras en su avance, es hoy la administración de Mauricio Macri la que está por concretarlo.
El proyecto será financiado por la ciudad y tiene como fin alivianar el tránsito de los puentes Avellaneda y Pueyrredón; éste fue construido en 1969 y es el más transitado de la zona, con 93.000 vehículos por día. Además, según las autoridades porteñas, el puente contribuirá a disminuir la contaminación ambiental por la gran cantidad de gases que emanan de los vehículos que se atascan en los cruces hacia el conurbano bonaerense, en las horas pico.
Según el Ministerio de Desarrollo Urbano porteño, que lanzó la licitación, el proyecto forma parte de un plan integral que también comprende la construcción de nuevas veredas en el sector ribereño; la revalorización de áreas verdes con plantación de árboles; la incorporación de equipamiento urbano, como luminarias, y de señalización horizontal y vertical para los autos, y de infraestructura para usuarios de transporte público.
En cuanto a la obra del puente, de diseño moderno, de noche tendrá una importante iluminación, contará con cuatro carriles -dos por cada sentido de circulación- con y una vereda que compartirán peatones y ciclistas.
"Esta obra está enmarcada en el programa de conectividad vial del Plan de Movilidad Sustentable de la ciudad, junto con la revitalización del viejo puente Pueyrredón, el puente Bosch y el puente La Noria, algo que ya conseguimos. De esta manera lograremos disminuir el caos de tránsito que se da en otros puentes y así bajar la contaminación del aire por los gases contaminantes de los autos", afirmó a LA NACION el ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chain.
El funcionario dijo que augura que las obras estén en marcha antes de fin de año. "Si la licitación sale bien, la intención es que este año se comience a trabajar en el proyecto. Este tipo de iniciativas tendrán un importante impacto para el patrimonio del sur de la ciudad, así como también para el olvidado Riachuelo", agregó. Chain adelantó, además, que el gobierno de Macri planea hacer otro puente a la altura de Lacarra, para que haya otro paso entre la Capital y el distrito de Lanús. Días atrás, la ciudad inauguró la repavimentación de la avenida Patricios, eje que estaba totalmente destruido y que hoy se advierte remozado y transitable.
La idea de construir el puente Roca-Patricios no es novedosa: en 2006, el entonces presidente de la Nación, Néstor Kirchner, había avanzado en la firma de un convenio con quien era jefe de gobierno porteño, Jorge Telerman, y el por esos días intendente de Avellaneda, Baldomero Alvarez de Olivera -hoy, con licencia para asumir en un ministerio provincial-, para construir un puente fijo, con dos carriles en cada dirección.
"En el municipio de Avellaneda hay registrados pedidos para hacer este puente, que datan de más de 80 años. Esta iniciativa se comenzó a trabajar en serio en 2005. Al año siguiente, se lanzó la licitación, pero con la llegada de Macri ésta se paró y ahora se volvió a licitar con un nuevo proyecto, que no es el que habíamos consensuado nosotros", dijo a LA NACION Baldomero Alvarez de Olivera, hoy ministro de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires. Consultado Chain sobre este tema, polemizó: "Nunca se licitó esta obra; eso no es cierto; cuando nosotros asumimos en la ciudad no había nada al respecto. Siempre hubo numerosas propuestas sueltas, pero nada en concreto. Y nosotros lo estamos haciendo realidad".
Más allá de la controversia, para Alvarez de Olivera la iniciativa es muy positiva. "Estamos de acuerdo con la concreción de este puente porque significará un gran alivio para el tránsito en algunos puentes que están colapsados", dijo.
El actual intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, dijo a LA NACION que su municipio y la Capital trabajan en un proyecto más amplio aún. "La construcción de este puente será de mucha importancia para descomprimir el tránsito entre ambos distritos. Pero este proyecto forma parte de un convenio más amplio que hemos asumido: mientras que la ciudad ya reparó el puente Bosch y el puente Pueyrredón, nosotros hemos avanzado en la construcción del camino de la Ribera, que fue construido el año pasado desde el puente Pueyrredón hasta Deán Funes, y que este año se continuará desde Deán Funes hasta Victorino de la Plaza", afirmó Ferraresi.
El funcionario admitió: "Tantas veces fue prometido este puente que los vecinos sólo lo van a creer cuando lo vean ya construido". Según Ferraresi, el objetivo es que el nuevo puente alivie el tránsito del puente Pueyrredón, donde se producen congestionamientos cotidianos en las horas pico. Así, los vehículos que van hacia la Capital desde el Sur, por la avenida Mitre, tendrán la alternativa de desviarse por Debenedetti, a la altura de la estación Sarandí, para tomar Roca, una avenida con bulevar que permite tránsito rápido.
Para el gobierno porteño, la iniciativa forma parte de la revalorización del Sur, pues el proyecto abarca la continuidad de las mejoras que se concretaron sobre la avenida Patricios.
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