La Argentina es el país de América latina más avanzado en materia de tecnología nuclear. La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) acaba de cumplir 60 años y muestra una continuidad muy importante, más allá de las dificultades y los conflictos sufridos por el país en las últimas décadas. Invap tiene logros sin precedente en la región, y exporta tecnología y reactores a diversos países.
El país tiene en términos científicos y tecnológicos la capacidad no sólo de tener un submarino nuclear, sino también el arma nuclear, en caso de que tomara la decisión de hacerlo. Ello sería un grave error. Un activo importante del país en este campo es la certeza ante el mundo del uso pacífico de esta tecnología.
El submarino nuclear lo es por su sistema de propulsión y no porque lleve misiles nucleares. Este es el concepto con el cual desde hace décadas, con una continuidad que va desde el gobierno militar hasta Lula, Brasil viene desarrollando el proyecto del submarino nuclear. Requiere una inversión muy grande y en el caso de Brasil implica un acuerdo tecnológico con Francia. En la política brasileña como actor global, que contempla una dimensión estratégica como la de China, Rusia y la India, en el marco de la cual se inscribe su propósito de ser miembro permanente del Consejo de Seguridad por América latina, el submarino nuclear tiene un significado importante.
Como lo explicó el ministro de Defensa brasileño, Nelson Jobim, al visitar el año pasado Buenos Aires, el proyecto tiene que ver con el rol del país en el mundo, la necesidad estratégica de dar seguridad al litoral marítimo en función de los recientes hallazgos de petróleo y la conveniencia de potenciar el desarrollo científico y tecnológico. Pero entre la Argentina y Brasil hay diferencias. El Sipri, un centro de investigaciones sobre el gasto militar con sede en Estocolmo, acaba de presentar esta semana su informe anual, de acuerdo con el cual el gasto militar brasileño es diez veces mayor que el de la Argentina, aunque el PBI lo sería sólo cinco veces más.
Con un gasto en defensa tan limitado y que además ha estado disminuyendo en términos reales, no parece claro cómo la Argentina financiará un proyecto de esta envergadura. Las Fuerzas Armadas muestran limitaciones importantes en materia presupuestaria para el mantenimiento y funcionamiento de sistemas que en muchos casos ya están obsoletos. Por último, una decisión de tener un submarino nuclear puede ser percibida como destinada a tener una cierta competencia estratégica con Brasil, algo que en mi opinión hoy carece de sentido.
Con todo lo que dijo (en este articulo) ésta persona. ¿Qué quizo decir...?.-
ResponderEliminarA quién le genera dudas el Plán, a él, por quë y que dudas tiene maestruli?.-
ResponderEliminarCuál és la noticia George...? Haaa ya sé, el tipo este con cara de nada, tiene dudas...¡. ¡Qué lástima me dá, saber que personajes así, son tomados como si fuesen intelectuales.
ResponderEliminarlo que pretende decir, es que tiene miedo a que simplemente hagamos el ridiculo (como muchas veces ya lo hemos hecho) a hacer anuncios impactantes sin fundamento, y sin hechos que lo acompañen, para seguir siendo el pais poco serio que somos.
ResponderEliminarNo se pueden mantener los unicos 10 aviones que quedan en el aire, no se puede solucionar y modernizar el ferrocarril argentino,no se pueden poner radares para defender nuestro territorio, etc.
¿En serio pensas que es viable que desarrollen un submarino nuclear? y mas aun, cuan importante seria estrategicamente poder desarrolarlo sobre cascos que tienen mas de 30 años¿?
entiendo el avance indudable y el rol que otorga lograr una propulsion nuclear, pero tampoco es milagrosa.
la diferencia por decadas que tienen nuestros equipos en sistemas de tiro, deteccion, armamento, le quita toda relevancia.
un auto viejo, aunque le pongas un motor nuevo, sigue siendo un auto viejo