
En la norma se designó a Ricardo Casal, también de profesión ingeniero, al frente del organismo dependiente del Ministerio de Defensa.
Durante la gestión de Riva se registraron conflictos en distintas plantas de la entidad por unos 500 despidos. El saliente funcionario justificó las cesantías, al indicar que cuando asumió observó "un panorama desolador fruto de -al menos- numerosas negligencias de los funcionarios designados por el anterior gobierno, cuando no errores graves en la decisión de inversiones, inoperancia en la gestión comercial, ineficiencia en las acciones de producción o irresponsabilidad en el aumento de la cantidad de colaboradores a quienes se dio empleo y sueldo, pero no trabajo".
Riva explicó que para "optimizar la productividad" se inició en agosto de 2017 un proceso de reestructuración porque si no, aclaró, "hubiese significado el cierre definitivo" de plantas de Fabricaciones Militares. Agregó que las medidas no permitieron salir "de una situación fuertemente deficitaria y lograr el equilibrio económico-financiero necesario para asegurar su sustentabilidad y crecimiento", por lo que en 2018 debieron producirse nuevos despidos.
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