Avanza como un delfin sobre el mar. Sin ruido sin, sin contaminar y aprovechando el agua del mar para producir hidrógeno como fuente de energía. El Energy Observer pretende recorrer en 6 años 50 países, una embarcación impulsada por energía renovable e hidrógeno. No es solamente una embarcación diseñada con ética y estética, es un modelo de lo que podría ser el futuro de la navegación mundial.
Este proyecto, que nació en París, bajo el nombre 'La odisea del futuro' tiene previsto visitar en 6 años 50 países y todo, sin emisiones contaminantes. Valencia ha sido la parada 131 de este peculiar viaje, una parada con la que se superan los 20.000 kilómetros navegados.
El barco funciona, básicamente, gracias a la energía solar y eólica pero también al hidrógeno. De hecho, esta es la mayor novedad de la embarcación. Para conseguir la energía con el hidrógeno, se extrae agua del mar, se desaliniza y luego separa los átomos de oxígeno e hidrógeno.
Se comprime el hidrógeno y posteriormente se almacena para su posterior uso. Otra peculiar característica de este barco es que dentro del propio barco lleva la maquinaria necesaria para poder hacer este proceso de extracción del hidrógeno ya que actualmente no existe en los puertos ningún punto de carga de esta energía. Cathy Noguez, secretaria general de Energy Observer.
Además del hidrógeno, la embarcación cuenta con más de 140 metros cuadrados de placas solares y dos turbinas verticales de viento. De hecho, han elegido un catamarán para llevar a cabo este proyecto ya que tiene una mayor superficie para la instalación de placas solares.
Victorien Erussard, es el fundador y capitán del barco, un hombre que ha estado toda la vida ligado al mar. De hecho, era navegante oceánico y regatista de alto nivel. Ha navegaba con barcos convencionales, con barcos que funcionan con combustibles fósiles.
De hecho, ha hecho travesías transoceánicas y él mismo, en uno de estos viajes, se dio cuenta de la amenaza que suponen estos combustibles para el medio ambiente, para el mar o para la fauna. Estos barcos emiten mucho CO2, mucha partículas finas y gases de efecto invernadero pero también, y aunque se habla poco, genera mucho ruido que perturba a los animales marítimos.
Para hacerse una idea del ruido que se genera, este barco verde emite 1 kilohercio de ruido y el mínimo para que se oiga bajo el mar son 4, por lo que no se perjudica a la fauna y flora marítimo.
VictorienErussard era muy consciente de toda esta situación, pero tuvo un momento de lucidez un día en mitad de una travesía entre Francia y Brasil cuando se quedó sin energía a la altura de Cabo Verde y se dio cuenta de la cantidad de energía que tenía a su mano (aire, agua o sol entre otros) y que no se usaban y fue entonces cuando decidió hacer este barco.
Cathy Noguez explica que su objetivo es concienciar y difundir sobre la importancia de las energías renovables y explica que no es un barco sino un laboratorio flotante. además, para difundir este mensaje, La odisea del futuro está filmando varios documentales y una web serie que se pueden ver en internet. Este barco nació con un presupuesto de 5 millones de euros, de esos, 3 se invirtieron íntegramente en I+D. El 95 % es capital privado. (EL XXI/ SER / NUESTROMAR)
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