(Parabrisas) - En un mercado dinámico y cambiante, cada vez más automotrices deciden fabricar aquí sus vehículos de trabajo. Te contamos las razones.
Actualmente es innegable la tendencia clara que manifiesta nuestro país a producir pick-ups. En los últimos años la Argentina se transformó en un polo productivo de este tipo de vehículos, que se caracterizan por su robustez y en nuestras tierras se asocian al campo.
De hecho, hay un dato significativo que demuestra a las claras esta inclinación: En nuestra república durante el 2017 se fabricaron un total de 473.408 automotores. 203.694 de ellos fueron automóviles; en tanto 269.714 fueron vehículos comerciales ¿Por qué sucede esto?
En principio, porque tenemos un mercado interno que demanda este tipo de productos. Si tomamos los números limpios no nos parecerán demasiado abultados, pero las chatas en nuestro país tienen una franja bastante amplia del total de compradores.
Hace pocos años, se dispuso un nuevo tributo denominado “impuesto al lujo”, el cual alcanza a muchas SUVs grandes, pero no toca a las camionetas por ser consideradas herramientas de trabajo.
Lo cierto es que las mismas cada vez tiene mayor equipamiento de confort y seguridad y al no tributar el impuesto ya mencionado, muestran precios más atractivos. Estos factores hicieron que muchos usuarios de SUVs (en su mayoría importadas) “decanten” hacia las chatas.
Además, las características de nuestros caminos y rutas hacen propicia la compra de vehículos que sean confiables y aguantadores. A esto tenemos que sumar el hecho de que el argentino promedio tiene un poder adquisitivo limitado. Lo que en muchas ocasiones lo lleva a decidir entre una herramienta de trabajo o un vehículo de pasajeros “normal”, dejando excluida la posibilidad de adquirir ambos productos.
También hay que tener en consideración el que podemos llamar “efecto bola de nieve” de la era moderna, el cual ya empezó hace muchos años con la primera planta productiva de pick-ups que se instaló en el país.
Esta fábrica, con el tiempo, desarrolló una base de proveedores nacionales que la abastecen hasta la actualidad. Los mismos producen, por ejemplo: ejes, chasis, llantas, etcétera. Todos estos “asistentes externos” de la terminal crean una buena base para que otras automotrices tomen la decisión de fabricar camionetas en nuestras tierras.
También es cierto que se pueden importar absolutamente todas las piezas y ensamblarlas aquí, pero resulta económicamente más redituable que los proveedores sean de origen nacional. Esto es bueno tanto para la economía del país, como para las terminales.
Actualmente, las marcas que fabrican sus camionetas medianas en el país son: Toyota con la Hilux, Ford con la Ranger y Volkswagen con la Amarok.
Pero lo interesante es lo que está por venir, ya que tanto Mercedes Benz, Renault y Nissan van a comenzar a comercializar de forma inminente sus vehículos de trabajo de origen nacional.
Los tres productos saldrán de la nueva planta denominada Santa Isabel 2 (Córdoba) y compartirán la misma base. Hay también especulaciones de que tanto FCA como PSA produzcan una camioneta de una tonelada de capacidad, pero sin planes concretos aún.
De esta forma, habrá seis productos nacionales en un único segmento, dejando a muy pocos modelos importados. Tan solo se vislumbra la S10 de Chevrolet que se construye en Brasil, las nuevas camionetas de origen chino y la Mitsubishi L200 la cual tiene un público muy acotado.
Definitivamente buenas noticias para la industria Argentina.
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