Por Carlos Lamiral - Ambito.com
Podrían utilizarse u$s15.000 M. El jefe de la misión, el italiano Ricardo Caldarelli, inició ayer la fiscalización en Hacienda. El organismo quiere evitar que Argentina replique el caso de Turquía.
Nicolás Dujovne y Ricardo Caldarelli
El Fondo Monetario Internacional (FMI) tuvo que mandar un claro respaldo a la estabilidad de la Argentina, antes de que la misión que está en Buenos Aires comience a revisar los números de la economía. Su vocero Gerry Rice transmitió en Washington el apoyo del directorio del organismo al plan del presidente del Banco Central, Luis Caputo, para desarmar la bomba de $976.000 millones en Lebac, en un plazo que llega a fin de año.
Antes de ello, el jefe de la misión, el italiano Roberto Cardarelli, llegó hasta el Palacio de Hacienda, donde se encontró con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, con quien analizó el programa que se anunció minutos después.
Rice dijo en Estados Unidos que "el plan de las autoridades argentinas para acelerar la reducción del stock de Lebac ha sido cuidadosamente diseñado por el Gobierno".
El organismo internacional definió a ese instrumento financiero ideado por el anterior titular del BCRA Federico Sturzenegger para absorber liquidez como "importante fuente de vulnerabilidad" de la economía Argentina y señaló que eliminar el stock de Letras ayudará "a contribuir a un marco de política monetaria más eficaz". "El Fondo respalda los esfuerzos de las autoridades en esta área que son consistentes con los entendimientos alcanzados bajo el acuerdo stand by respaldado por el FMI", anunció el FMI.
En rigor, según trascendió, el organismo de crédito va a tomar una decisión de corte político. Estén como estén los números de la economía, el primer tramo del acuerdo stand by por u$s50.000 millones anunciado en junio pasado va a tener el visto bueno. El FMI va a dar por cumplidos los objetivos, aunque las cifras no se encuadren perfectamente dentro de lo previsto y con ello sacará de su billetera u$s3.000 millones.
Uno de los puntos que no se cumplieron en el acuerdo es que el dólar terminó oficiando nuevamente como ancla de la inflación. En el afán por lograr la estabilidad del tipo de cambio, el incremento de los precios comenzó a superar ampliamente al billete verde. La nueva crisis de la lira en Turquía puso al descubierto la fragilidad de la estabilidad conseguida durante gran parte de julio. A partir de ahora, Caputo no va a poder "atrasar" más el tipo de cambio. Dólar e inflación tendrían que correr en paralelo.
Por otro lado, lo que va a suceder es que el desarme de la posición de Lebac puede tener un fuerte costo en reservas del BCRA. El plan contempla no atacar directamente sobre las tenencias de los particulares que invirtieron en ese instrumento. Los bancos y las financieras ya no podrán renovar más. Los particulares van a poder seguir aunque cada vez haya menos oferta. Para aquellos que quieran irse a la moneda dura, el Banco Central podrá usar sus reservas para cubrir esa demanda. En el Gobierno señalan que tienen una fuerza de choque de unos u$s15.000 millones del BCRA para enfrentar ese proceso y que tiene el visto bueno del Fondo. Es el mismo dinero que fue comprando Sturzenegger durante su gestión mientras emitía Lebac y que ahora puede tener el camino inverso.
Octubre va a ser el mes clave. La segunda misión del FMI tendrá que volver y el Gobierno deberá mostrar avances con la aprobación del Presupuesto 2019, de manera de lograr un nuevo desembolso. Guido Sandleris, el viceministro de Hacienda, dijo en una charla con periodistas que el Gobierno tiene cubiertas ya las necesidades de vencimientos de este año, pero admitió que como producto del empeoramiento de las condiciones financieras internacionales, Dujovne ya trabaja con una proyección de crecimiento inferior 0,5% para este año, lo cual constituye un adiós a la idea de la "recesión corta".
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