Une plaza de los Virreyes con Bolivar en el centro. Hace más de un año que están cambiando las vías, recién prevén finalizar en diciembre.
Todavía funcionan trenes con más de 60 años y las nuevas incorporaciones son los desechos de otras líneas.
Radiografía diaria. Escaleras mecánicas clausuradas por reparaciones constantes. Y el clásico cartel “con demora” con el que todas las semanas se topan los usuarios.
Hace poco más de un año la línea E era noticia por su mal funcionamiento. Demoras que promediaban los 20 minutos, interrupciones continuas, trenes con más de 60 años que generaban un ruido ensordecedor y deterioro en todas sus estaciones. Hoy nada de eso cambió. Desde julio del año pasado la empresa que tiene a su cargo los subtes porteños está modificando las vías que recorren los 9,6 kilómetros de la red que une el sur de la capital con el Microcentro, pero todavía no logran finalizar la obra. Además siguen operativas formaciones con más de 60 años que tienen continuamente desperfectos técnicos. Los rehenes: los más de 97 mil usuarios que usan la red por día.
Desde Subterráneos de Buenos Aires, SBASE, justificaron la demora. "La finalización se prevé para diciembre de este año. Esta obra se ejecuta de noche, una vez finalizado el servicio, por lo que la ventana de trabajo es muy acotada". Lo cierto es que, según denunciaron sus trabajadores, hasta que no haya un cambio total de las vías no se pueden incorporar nuevos coches. Hoy la línea E cuenta con una planta de 14 formaciones, aunque operativas sólo hay 9. "Esto se debe a que los trenes tienen más de 60 años, por lo que tienen fallas constantemente y no hay presupuesto para arreglarlos adecuadamente", explicó uno de los trabajadores que prefirió mantenerse en el anonimato.
Si bien todavía siguen operativas los viejos coches General Electric con más de 60 años, desde SBASE aseguraron que "ya se incorporaron ocho formaciones Fiat provenientes de la línea A y D". Estos coches tienen en promedio 30 años y no funcionan correctamente ya que las vías todavía no han sido cambiadas en su totalidad.
Como si fuera poco, la extensión de la línea que busca unir Plaza de Mayo con Retiro sigue postergando su fecha de inauguración. Las obras que comenzaron a fines de 2008 en manos del Gobierno kirchnerista quedaron estancadas en 2012 con el traspaso del subte a la Ciudad. Recién en 2015 el Gobierno macrista retomó los trabajos con la promesa de terminar el proyecto en 2018. Ahora esa fecha se trasladó a mayo de 2019, aunque esta vez todo indicaría que podrán cumplir con la promesa.
La línea que actualmente une Plaza de los Virreyes con Bolívar recibe decenas de quejas de sus usuarios, que ya se acostumbraron a viajar apretados en los horarios pico y esperar un coche hasta 20 minutos, cuando el lapso debería ser de entre 3 y 4 minutos. "Seguimos sufriendo goteras, falta de iluminación y el maltrato de los pasajeros por el mal funcionamiento de la línea...", indicó el trabajador, quien también había sido entrevistado hace un año. "Nada cambió", aseguró.
Si bien se espera que en 2019 finalmente el subte E vuelva a recuperar su vieja frecuencia para así brindarle mayor comodidad a sus pasajeros, todavía parece estar muy lejos de las otras líneas del subte porteño. "No tenemos previsto colocar aire acondicionado a los vehículos ni tampoco el mensaje sonoro de cada estación", reconocieron desde SBASE. Las escaleras mecánicas de las estaciones están constantemente en reparación. "Es por la falta de mantenimiento y el abandono que sufrió la línea hace años", reconoció el trabajador.
Lo cierto es que los únicos rehenes son los 97 mil pasajeros que por día utilizan la línea E para llegar a sus trabajos o a sus casas. Todavía deberán esperar, con suerte hasta el año que viene, para que el servicio vuelva a ser lo que alguna vez fue.
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