Los usuarios del ferrocarril San Martín serán los primeros en probar los nuevos trenes chinos que desembarcarán en el país. Lejos de las megainversiones que se habían anunciado inicialmente y tras casi dos años de negociaciones, el Gobierno logró definir el primer acuerdo comercial de cierta importancia con empresas chinas.
El contrato prevé la adquisición de 24 locomotoras diesel-eléctricas y 160 coches de pasajeros que se destinarán a la línea San Martín que une Retiro con Pilar. La compra de los equipos ferroviarios nuevos se cerró en US$ 123 millones y las proveedoras serán China South Locomotive & Rolling Stock Industry; Shanghai Golden Source International y CSR Qishuyan Locomotive.
Para la firma del acuerdo iba a viajar a Pekín el titular de Transporte, Ricardo Jaime. Pero a último momento se bajo del avión y su lugar fue ocupado por el flamante subsecretario de Transporte Ferroviario, Antonio Luna —ex dirigente gremial de La Fraternidad— y la directora de Coordinación, Graciela Cabaza.
El contrato entrará en vigencia en setiembre, una vez que las autoridades del Palacio de Hacienda suscriban el acuerdo económico-financiero con el Banco ICBC de China, con el cual se canalizarán los pagos.Si se cumplen los tiempos en juego, en 10 meses debería llegar a Buenos Aires la primera formación completa y lista para rodar. Hasta principios de 2005, el ferrocarril San Martín fue operado por la empresa Metropolitano.
Por las deficiencias en el servicio, el Gobierno rescindió la concesión y se hizo cargo de la línea con la Unidad de Gestión Operativa (UGO), que administran las restantes operadoras privadas Ferrovías, Metrovías y TBA. El ferrocarril San Martín —que transporta 3,5 millones de pasajeros por mes— es el único de trocha ancha que no cuenta con trenes eléctricos. La electrificación fue prometida por casi todos los gobiernos de los últimos 30 años. La administración kirchnerista no se quedó atrás y también salió a anunciar la modernización. Inicialmente se iba a hacer con un crédito del BID. Luego, apareció China que iba a aportar los recursos y la tecnología. Y ahora, lo que se está evaluando es una propuesta de empresas y bancos de Portugal, que quieren hacer la obra "llave en mano" con un contrato directo con el Gobierno.
Fuente: Diario Clarín