Se firmó el acuerdo de creación; se construirá en el Centro Metropolitano de Diseño, en Barracas para la investigación, el desarrollo, la innovación y el diseño en ingeniería
El doctor en ingeniería Fernando Audebert, director del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Escuela de Graduados en Metalurgia y del Grupo de Materiales Avanzados de la Facultad de Ingeniería de la UBA, además de academic visitor de la Universidad de Oxford, se impone metas ambiciosas: quiere que Buenos Aires tenga un centro como el Begbroke Science Park, que esta casa de estudios británica desarrolló para ofrecer investigación, entrenamiento de recursos humanos y transferencia de tecnología a la industria.
"Pensé: necesitamos un terreno, la participación del gobierno y de las industrias de la ciudad, y equipamiento de avanzada para devolverle a la sociedad algo concreto. Entonces, armé un proyecto", cuenta, horas antes de partir hacia Oxford a cumplir una nueva temporada de trabajo en el Departamento de Materiales de la centenaria universidad. Hoy, ese impulso que nació hace un par de años comenzará a concretarse.
La sede del Centro de Investigación, Desarrollo, Innovación y Diseño en Ingeniería (Cididi), estará alojada en el amplio predio donde alguna vez estuvo el Mercado de Abasto del Sud, que vendía pescado al por mayor, y que ya alberga al Centro Metropolitano de Diseño (CMD).
De los 12.000 metros cuadrados que ocupaba el viejo mercado y que actualmente se están reconvirtiendo, el Cididi ocupará 2000. "Habrá cinco laboratorios, salas de conferencias, incubadoras de empresas y un bar donde los físicos se crucen con los químicos, y los ingenieros con los diseñadores. Ese intercambio es lo que genera buenas ideas", se entusiasma Audebert.
Para el científico, lo que hará de este centro algo especial es que reúne "tres patas" indispensables para hacer buenos negocios: la universidad, el gobierno y las empresas. "Nosotros desarrollamos productos, ingeniería, conocimientos; el CMD hace estudios de demanda, desarrolla mercado... ¡justo lo que nos faltaba! Además, necesitamos una estructura que se ocupara de los temas legales, alguien que identificara las áreas prioritarias, las líneas estratégicas de desarrollo. Eso tiene que aportarlo el gobierno.
Y, por último, tendremos un enlace con el sector productivo", detalla. De aquí en más, dado que ya cuentan con el edificio y la estructura de la obra, lo primero que hay que hacer es montar el equipamiento. "Y si uno quiere desarrollar tecnología -dice Audebert- tiene que contar con equipos de excelencia, que en este momento no tenemos en el país."
Para esto, el proyecto del nuevo centro contempla invertir dos millones de dólares en equipos. Entre ellos figura un microscopio a través del cual se pueden ver detalles de un nanómetro (la millonésima parte de un milímetro), una precisión asombrosa que permite analizar la estructura y la morfología de los materiales.
También se piensa adquirir un microscopio de transición, que permite hacer análisis de nivel atómico. "Por ejemplo, uno puede ver en tiempo real cómo se transforma la estructura de un material por la temperatura", ilustra Audebert. Otro de los laboratorios estará provisto de un centro mecanizado de control numérico de cinco ejes y de una máquina de medición de alta precisión sobre colchón de aire antivibración y temperatura regulada.
Se incorporará un equipo de inyección de polímeros. Esta máquina trabaja con nuevas aleaciones, como ciertas estructuras de aluminio con resistencias mecánicas comparables a la de un acero de alta resistencia, pero con la mitad de la densidad. Además, una máquina para hacer piezas con técnicas de spray y otra de enfriamiento rápido: un millón de grados por segundo. "Esta última se utiliza para congelar la estructura de un líquido, que a esas velocidades adquiere propiedades muy distintas de las que tiene normalmente -explica el especialista-. Después, ese material se pica, se hace polvo, se compacta y se produce una pieza."
Además de lo puramente científico, el Cididi tendrá un área de enlace científico e industrial, con un observatorio de tendencias de uso y consumo, una materialoteca y una biblioteca que contarán con documentación sobre diferentes materiales de uso local e internacional. "Hasta ahora -afirma Audebert- en los laboratorios se generan conocimientos, se escriben papers ; los norteamericanos o los europeos los toman, dicen «qué interesante», hacen un desarrollo de patente y luego, una innovación.
Y nosotros... nos quedamos con las publicaciones científicas. Tenemos que trabajar de otra manera y comenzar a pensar en la aplicación, no quedarnos solamente con la publicación." Y concluye: "Por eso, queremos que este centro, que tendrá un comité asesor con gente del gobierno de la ciudad, de la universidad y de las empresas, sea algo único en el país".
Fuente: Por Nora Bär (Diario La Nación)