La raza Holando fue introducida en nuestro territorio desde Holanda en el año 1880 por el presidente Julio A. Roca, afincándose los animales en el norte de la provincia de Córdoba, Santa Fe y Pergamino, en la provincia de Buenos Aires. Ya en 1890 se presentaron en la 7ma. edición de la Exposición Nacional organizada por la Sociedad Rural Argentina un gran número de ellos enviados por el propio gobierno Holandés.
En ese entonces y durante mucho tiempo, la raza fue frisia y con doble propósito carne y leche. Hoy, el Holando-Argentino es, como en el resto del mundo, la raza lechera por excelencia y la elección de los productores con el objetivo de hacer rentable su negocio. Argentina presenta condiciones climáticas naturales muy particulares y especialmente beneficiosas para la ganadería en general, con características de producción bien definidas en las que deben desempeñarse nuestras vacas Holando. Todo esto y la genética incorporada durante muchos años, hace que las Holando en nuestro país, tengan un tipo moderno y bien definido, con una excelente conversión del alimento, para darle al productor el equilibrio ideal entre costo-beneficio, que hacen a la producción lechera una de las mas rentables del sector.
Tamaño: Relativamente grande; precocidad mediana; esqueleto fuerte; mantas musculares no muy desarrolladas; aspecto anguloso; ubre desarrollada; La hembra Holando tiene una alzada mediana de 1.40 a 1.50 metros, con una gran capacidad en su arco costar y rumen. Su peso adulto esta entre los 600 y 650 kg. Excelente conformación de patas y pezuñas le facilita deambular en busca del alimento en las pasturas en nuestro país las vacas pueden llegar a recorrer hasta 5 km./día y luego trasladarse al tambo para ser ordeñada dos veces diarias. Pelaje overo negro bien definido, con manchas negras repartidas en el cuerpo y extremidades blancas. Hay animales muy tapados de negro y otros muy blancos. Las manchas negras en las extremidades son aceptadas. Cuernos medianos.
Posee netas características lecheras como piel fina, huesos chatos, cuello fino, morro ancho y sistema mamario de excelente textura, con una ubre bien adherida al cuerpo, con un buen ligamento medio y los pezones ubicados en el centro de los cuartos. Nuestras vacas son a su vez longevas, y apuntan a lograr cinco partos promedio en su vida adulta para mejorar su rentabilidad.
De las razas lecheras explotadas en el país es la más pesada. Tiene exigencias en cuanto a adaptación al medio y con respecto a la alimentación. Tiene un buen período de lactancia, con una producción de grasa butirosa que puede estar cerca del 4 %. Es la raza lechera que tiene el menor porcentaje de grasa, pero la mayor producción total. El registro de la raza es abierto y como en el resto de las razas el pedigree es llevado en el Herd Book Argentino por Sociedad Rural Argentina. Desde el año 1944, los criadores se nuclean en la Asociación Criadores de Holando Argentino (ACHA), organización creada para fomentar la cría de la raza. La producción de leche promedio ajustada a 305 días y equivalente a edad adulta dio 6056 kg. de leche y 207 kg. de grasa. Por todo esto, el Holando Argentino se exporta a distintos países limítrofes para la incorporación de esta genética, que ha demostrado su capacidad de adaptación para cumplir su función dar más y mejor leche.
En ese entonces y durante mucho tiempo, la raza fue frisia y con doble propósito carne y leche. Hoy, el Holando-Argentino es, como en el resto del mundo, la raza lechera por excelencia y la elección de los productores con el objetivo de hacer rentable su negocio. Argentina presenta condiciones climáticas naturales muy particulares y especialmente beneficiosas para la ganadería en general, con características de producción bien definidas en las que deben desempeñarse nuestras vacas Holando. Todo esto y la genética incorporada durante muchos años, hace que las Holando en nuestro país, tengan un tipo moderno y bien definido, con una excelente conversión del alimento, para darle al productor el equilibrio ideal entre costo-beneficio, que hacen a la producción lechera una de las mas rentables del sector.
Tamaño: Relativamente grande; precocidad mediana; esqueleto fuerte; mantas musculares no muy desarrolladas; aspecto anguloso; ubre desarrollada; La hembra Holando tiene una alzada mediana de 1.40 a 1.50 metros, con una gran capacidad en su arco costar y rumen. Su peso adulto esta entre los 600 y 650 kg. Excelente conformación de patas y pezuñas le facilita deambular en busca del alimento en las pasturas en nuestro país las vacas pueden llegar a recorrer hasta 5 km./día y luego trasladarse al tambo para ser ordeñada dos veces diarias. Pelaje overo negro bien definido, con manchas negras repartidas en el cuerpo y extremidades blancas. Hay animales muy tapados de negro y otros muy blancos. Las manchas negras en las extremidades son aceptadas. Cuernos medianos.
Posee netas características lecheras como piel fina, huesos chatos, cuello fino, morro ancho y sistema mamario de excelente textura, con una ubre bien adherida al cuerpo, con un buen ligamento medio y los pezones ubicados en el centro de los cuartos. Nuestras vacas son a su vez longevas, y apuntan a lograr cinco partos promedio en su vida adulta para mejorar su rentabilidad.
De las razas lecheras explotadas en el país es la más pesada. Tiene exigencias en cuanto a adaptación al medio y con respecto a la alimentación. Tiene un buen período de lactancia, con una producción de grasa butirosa que puede estar cerca del 4 %. Es la raza lechera que tiene el menor porcentaje de grasa, pero la mayor producción total. El registro de la raza es abierto y como en el resto de las razas el pedigree es llevado en el Herd Book Argentino por Sociedad Rural Argentina. Desde el año 1944, los criadores se nuclean en la Asociación Criadores de Holando Argentino (ACHA), organización creada para fomentar la cría de la raza. La producción de leche promedio ajustada a 305 días y equivalente a edad adulta dio 6056 kg. de leche y 207 kg. de grasa. Por todo esto, el Holando Argentino se exporta a distintos países limítrofes para la incorporación de esta genética, que ha demostrado su capacidad de adaptación para cumplir su función dar más y mejor leche.