Los productores cumplieron los primeros 100 días de protesta con un prolongado paro que restringió principalmente la venta de productos agrícolas para exportación. En estos momentos los productores tienen en su poder y sin vender casi 45 millones de toneladas entre cereales, forrajeros y oleaginosas.
La soja es el principal producto que se atesora hoy en los silos bolsa con un volumen estimado de 29 millones de toneladas, seguido por el maíz, con 11 millones de toneladas; el trigo, con 3,3 millones, y el girasol, con 1,5 millón de toneladas. Si valorizamos este volumen sin vender a los valores FOB del jueves último, se llega a un total de 20.900 millones de dólares. Descontando las retenciones vigentes el ingreso neto para el productor seria de US$ 12.170 millones. La diferencia, US$ 8730 millones, es lo que se llevaría el Estado en concepto de derechos de exportación.
En términos porcentuales el Estado estaría aplicando un derecho de exportación global sobre toda la cosecha sin vender del 41,8 por ciento. Si analizamos el efecto económico real de la protesta desde el pasado 11 de marzo cuando el Gobierno dio a conocer la maravillosa tablita Lousteau, se han dejado de vender en ese lapso 12 millones de toneladas de soja; 5 millones de toneladas de maíz; 2,5 millones de toneladas de trigo, y 1 millón de toneladas de girasol.
Si valorizamos el volumen sin vender en estos 100 días se llega a una cifra de 5500 millones de dólares. Este es, en definitiva, el dinero que todo el interior del país ha dejado de recibir durante el tiempo que se ha prolongado el conflicto. Cabe preguntarse a esta altura de los acontecimientos si tiene sentido hablar de ganadores o perdedores en esta cruzada que han decidido llevar adelante tanto el Gobierno como los productores agropecuarios. Unos con razón y otros con la ideología de la férrea medida aplicada.
Si se me permite una reflexión, el país en su conjunto con todos sus integrantes son quienes en definitiva han perdido. En el análisis de lo sucedido hay algo que toda la sociedad política, agropecuaria y civil en su conjunto debe tener siempre claro a partir de ahora: un proyecto de país se construye con la colaboración, apoyo y solidaridad de todos los actores y sectores de nuestra economía.
El campo aporto en los últimos cinco años 100.000 millones de dólares en concepto de ingreso de divisas y 24.000 millones de dólares en concepto de derechos de exportación directos para el Estado. Cosechas récords Por su parte el Gobierno aportó las condiciones necesarias para que se logren dos cosechas récords consecutivas de 96 millones de toneladas, pero a su vez fue ayudado por el fuerte aumento de los precios internacionales que compensaron con creces el aumento de los costos internos, por inflación y por la caída del tipo de cambio real.
Aceptemos que fueron las condiciones internacionales extraordinarias en toda la historia económica mundial las que ayudaron a nuestro sector agropecuario a lograr cosechas récord. No caigamos en el simplismo que el modelo lo logró, el modelo ayudó en los primeros dos años pero luego fue todo el viento externo el que nos permitió no morir en el intento. Ahora, nuevamente, estamos ante una nueva oportunidad, no la desaprovechemos.
Fuente: Por Pablo Adreani (Diario LA NACION)
El autor es director de Agripac Consultores ( http://www.agripac.com/ )