Hace unos 4 años atrás el Ejército realizó evaluaciones de distintos fusiles con el objeto de reemplazar al FAL por uno de calibre menor como el 5.56mm y de menor peso que éste. Las ventajas parecían estar a la vista: menor peso del fusil, mayor capacidad de transporte de munición y mejor control de tiro con un fusil más liviano.
Durante la guerra de Malvinas los fusiles FAL dieron muestras de confiabilidad en condiciones extremas, que, sumado a su alto poder de fuego, demostró ser un fusil de difícil sustitución. Además nuestro país posee una gran logística del mismo y gran cantidad de munición.
Pero de esa experiencia guerrera, también pudieron demostrar que el peso del fusil tenían incidencia en el equipo individual del soldado, que tras largas marchas en el terreno, las tropas terminaban exhaustas, en parte por el mayor peso que debían transportar (mochila + fusil + munición).
El cambio de fusil y de calibre tuvo muchas idas y vueltas, la razón fue siempre económica, aunque los defensores del FAL siempre destacaron el poder de fuego por sobre su peso. Y ya sea por razones económicas o para disminuir el peso, pero conservando el poder de fuego del 7.62, el Ejército viene analizando desde hace tiempo atrás la repotenciación del FAL, y de la que sería objeto de estudio por parte de la DIDEP el año próximo. Recordemos, que desde el 2004 se planteó este estudio, tantas veces comentado en los SINPRODE pero que hasta ahora no había pasado sólo de comentarios.
Los cambios en el fusil deberían apuntar a alivianar el peso y un aumento en su capacidad de munición. Actualmente el FAL cargado con 20 municiones (actual Standard) pesa 5,055kg.
En el equipo individual del soldado puede transportar 4 cargadores (5 en total con 100 municiones). Un nuevo cargador hecho en polímero de 30 municiones puede reemplazar al actual y no requerir del mismo peso (CITEFA está en capacidad de fabricarlos) o en el mejor caso a mismo peso, una mayor cantidad de munición. Para seguir aliviando, el reemplazo de los actuales componentes metálicos por otros de materiales compuestos, también en capacidad de llevar a cabo por CITEFA. A estos cambios podría agregarse el maquinado del cañón en titanio (dependiendo de la relación entre el costo-efectividad).
La ventaja del 7.62 además está dada por el alcance del arma, que oscila en los 1200 mts, mientras que en la de 5.56mm con fortuna llega a los 400 mts. Para alcanzar un blanco efectivo a esa distancia, el FAL necesitará de un visor óptico que ya se está desarrollado en CITEFA. Estos son los cambios que podríamos esperar para una posible repotenciación del FAL, de la cual alguna expectativa hay para el próximo año y sobre el cual el DIDEP pondrá manos a la obra para darle nueva vida a un viejo arma de un guerrero.