Quiérase o no, las Fuerzas Armadas son actores legítimos de la estructura del Estado. Para ello, este debe proveerle los medios para que estas cumplan su labor especifica, así como el poder político definir para que serán empleadas.
Desde hace varios años, las numerosas necesidades que enfrenta la República no permite -por acción o omisión- el desarrollo tecnológico de estas. Solo esfuerzos aislados, como los efectuados por el Ejército –VELA Gaucho, tanque Patagón, helicóptero Aguilucho y Hornero- y una política de recuperación del equipamiento efectuada por el Ministerio de Defensa les ha permitido una aceptable supervivencia. Pero solo es supervivencia, ya que los recursos económicos con que se cuentan son lejanos a los aplicados al área de Defensa por el resto de los países latinoamericanos. De primera línea. Pero persisten aun necesidades para el despegue definitivo de una nueva etapa para las FFAA.
Afortunadamente, las relaciones entre la República Popular China y la República Argentina se han incrementado. Como fruto del intercambio comercial y el conocimiento mutuo entre ambos países se gestó un nuevo escenario que le permitiría a nuestro país contar con un proveedor de armas no tradicional.
Argentina, siempre ha estado atado a la recepción de equipos usados provenientes de EE.UU. o a las consecuencias del antiguo “Plan Europa”. Algunas personas con visión estratégica desarrollaron varios programas: la Familia TAM, el avión de entrenamiento avanzado AT-63, la serie de buques MEKO, los submarinos TR-1700 y otros semejantes. Es el fruto de estas acciones que aun las FF.AA poseen un equipamiento –envejecido- para poseer desarrollar sus actividades.
El acuerdo militar firmado con China habilita para dar un salto cualitativo para el reequipamiento básico. Recientemente, ese país se presentó a una licitación realizada –cantidad reducida- por el Ministerio de Defensa ofreciendo el vehículo blindado anfibio WZ-550, 6x6 para transporte de tropas. El vehículo en cuestión derivado del Renault VAE tiene características similares al prototipo desarrollado hace varios años entre Francia y Argentina y que hoy descansa en el Museo del Ejército (Ver en Blog). El Ejercito y la Infantería de Marina tienen grandes necesidades de equipamiento con vehículos blindados anfibios sobre ruedas para transporte de tropa, reconocimiento y exploración, plataforma para defensa antiaérea y otras.
En el 2007, fue sometido a pruebas por el Ejército Argentino (EA) el helicóptero chino Z-11 multipropósito, derivado del Ecuriel 350 francés (Ver en Blog). Este aparato fue aprobado por el Jefe del Ejército. Inicialmente, se adquirirían una serie de cuarenta maquinas y se hallaba presente la posibilidad del ensamblaje en la Argentina.
Desdichadamente, el país no se caracterizó por poseer una habilidad en el mercado internacional de armas. Los fracasos en la venta de los aviones Pucara, la falta de mercados para el AT-63 y la no fabricación de camiones pesados en Argentina –excepto IVECO- que coloca al Ejercito en una dependencia del Brasil.
La recuperación del parque automotor y la adquisición de otros nuevos mejoró la situación de las unidades, así como la recuperación de la Familia M-113 pero hay un aspecto que se puede constituir en un nicho productivo: La fabricación de un camión pesado dual 8x8.
China nos ofrece dos opciones valiosas, los camiones 8x8 de uso dual: SX-2300 y Nord-Benz 2629 (Ver en Blog). El primero fabricado en asociación con la empresa austriaca Steyr, motorizado por el resistente Cummins, también fabricado bajo licencia en el país oriental. El Nord-Benz 2629 derivado de una unión transitoria con la entonces Mercedes Benz es dotación del Ejercito Popular Chino. El camión SX es un excelente producto, adquirido recientemente para equipar al Ejército Bolivariano.
La reciente experiencia en la fabricación del vehículo Gaucho ha permitido demostrar que el ejército apoyándose en la industria privada nacional puede realizar desarrollos autóctonos. El ensamble local de alguno de estos dos camiones permitiría reforzare la capacidad de transporte de carga nuestras FFAA así como poseer un parque motorizado moderno y apto para ser empleado en situaciones de emergencias y catástrofe. Quizás alguien con una visión estratégica permitiría una asociación tecnológica entre ambos países, recreando lo que una vez fue la ex –TAMSE
Una victoria en la guerra moderna solo se obtiene si previamente se ha conquistado el espacio aéreo. Para lograr este objetivo es fundamental contar con la herramienta necesaria para su logro. Años atrás, China decide dar el salto tecnológico que le proporcionaría el equipamiento requerido para sus FF.AA. Decidida a mejorar la calidad de sus armamentos recurrió a diversos países con los cuales cerró convenios de asesoría tecnológica.
De uno de estos convenios, presuntamente con Israel, surgió el avión multirrol JF-17. Israel estaba desarrollando el Rafael, un avión multirrol que reemplazaría a los Mirage/Kfir (Ver en Blog). El proyecto, muy ambicioso por cierto, no llego a gestarse. Aún hoy cuando se observan ambos aviones –Rafael y JF-17- se hallan grandes semejanzas en el diseño.
Argentina, debe renovar próximamente su flota de aviones de combate. No solo para poder efectuar sus responsabilidades con eficiencia, sino también por la seguridad de los pilotos. El Avión JF-17 resume tres factores importantes: bajo costo, apto para las necesidades tácticas argentinas y la posibilidad de ensamblarlo en la Ex – FMA, actualmente LMAASA.
Además, acceder a la tecnología china –de bajo costo- permitiría a Argentina el desarrollo de nuevos ingenios como la monitorización y accesorios del Z-11, que podrían ser aplicados al helicóptero Aguilucho que emplea una turbina Rolls Royce-Allison. Como se sabe, de origen británico. Aspecto problematico ya que podrían impedir su venta a Argentina como sucedió durante y posteriormente a la Guerra de Malvinas.
Concluyendo, el desarrollo de una asociación tecnológica con China nos proporcionaría:
- Independencia tecnológica.
- Salto cualitativo en el equipamiento militar conjunto.
- Desarrollo de un nuevo nicho económico.
- Acceso a un know-how actualmente no disponible.
- Reequipamiento accesible y rápido para las FF. AA.
- Desarrollo de equipamientos duales.
- Ahorro de recursos económicos.
- Establecer un nuevo factor de presión sobre las negociaciones por Malvinas.
Los actores y el tiempo tienen la palabra. No puede haber desarrollo sin defensa, ni defensa sin desarrollo.
Fuente: por Jorge Elias para Desarrollo y Defensa.