Por Horacio Alonso - Ambito.com
En abril se había cancelado la producción en Córdoba. Se señaló a la crisis local como responsable. El problema real son los costos y las bajas ventas.
Muy cara. Sólo se vendieron 16.700 en Europa, Australia y Sudáfrica.
A veces, el mal ajeno, atenúa los propios. Algo de eso es que lo que sucede con la pickup Clase X de Mercedes-Benz que, hace tres años se había anunciado que se iba a producir en la Argentina y, en abril, se comunicó que el proyecto en la planta de Córdoba se cancelaba. En ese momento, se dio a entender que parte de esa decisión tenía que ver con la crisis económica argentina y problemas de costos del país. Incluso, el comunicado de la empresa dejaba esa puerta abierta.
La noticia, obviamente, fue un golpe duro para la industria local y, claro está, para el Gobierno. Sin embargo, informaciones que llegan desde Europa muestran que la suerte de ese proyecto no tuvo que ver con cuestiones autóctonas sino, más bien, un mal manejo de la compañía alemana. Ayer, el sitio especializado Automotive News informó que la automotriz tiene planeado, a dos años de su lanzamiento, dejar de producir definitivamente la pickup que tiene como único centro fabril la planta de España.
El motivo alegado es la baja aceptación por parte del público de este modelo, con ventas de sólo 16.700 unidades en Europa, Australia y Sudáfrica, como consecuencia del precio elevado. Para tener una idea, es menos de las Hilux que Toyota vende en un año en el país. También, explica el sitio especializado, la decisión de la marca busca reducir costos y optimizar ganancias.
Si bien es un tema ya cerrado para la Argentina, lo que sucede con este modelo a nivel mundial, sirve para expiar culpas locales. La decisión de no fabricarla en el país se debió a un quiebre de la alianza que se había creado para este proyecto y que contaba también con la japonesa Nissan (que invirtió u$s600 millones) y la francesa Renault, que ponía la fábrica de Córdoba para la producción de los tres modelos: además de la Clase X, la Frontier de Nissan y la Alaskan de Renault.
El centro del conflicto –como adelantó Ámbito Financiero en marzo pasado - estaba en el precio de cada pickup. Nissan iba a fabricar “a pedido” los modelos de las otras marcas. Se supo – y así se publicó – que no hubo acuerdo entre la japonesa y la alemana sobre el costo de cada unidad. Eso terminó dando el golpe mortal al proyecto, más allá del problema que la alianza Nissan-Renault tenía con la detención de su CEO mundial, Carlos Ghosn, quien había negociado con Daimler la producción de este modelo.
Ahora, con el correr del tiempo, se confirma que la decisión de Mercedes-Benz tomada en la Argentina no estaba vinculada a cuestiones internas del país sino a una mala estrategia de la empresa alemana. Tal vez, el mayor fracaso para esta marca desde hace mucho tiempo. Con el fin del proyecto Clase X, la filial local fue “degradada”, al dejar la presidencia Roland Zey, un directivo de alto rango que volvió a Alemania, para ser comandada por un ejecutivo local de menor categoría en el escalafón del grupo.
A esto se suma que la empresa está en proceso de reestructuración y, desde el año próximo, se dividirá en tres compañías de menor peso: autos, vehículos comerciales y servicios financieros. Paralelamente, lo que falta saber es si el modelo de Renault (hoy suspendido hasta nuevo aviso) se terminará concretando o, del proyecto tripartito quedará, en solitario, la producción de la Nissan Frontier.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios mal redactados y/o con empleo de palabras que denoten insultos y que no tienen relación con el tema no serán publicados.