La única obra que el
gobierno nacional lleva adelante en el subterráneo porteño está demorada
y la etapa de ingeniería civil sólo estaría terminada en junio del año
próximo, casi dos años después de lo anunciado. Se trata de las tres
estaciones que corresponden a la extensión de la línea E, que unirá Plaza de Mayo con Retiro.
Y aun antes de su estreno ya despertó polémicas.
Todavía no se licitaron la compra de vías, ni el sistema de señales, ni
los ascensores, ni las escaleras mecánicas. Según la Ciudad, cuando la
Nación le traspasó el subte, en enero pasado, se comprometió a entregar
la extensión de la línea E en "plenas funciones". Según la Nación, en
cambio, la licitación de las vías le corresponde al gobierno de Mauricio Macri, hoy responsable del subte.
En lo estrictamente técnico, instalar 2,4 kilómetros de
vías podría demorar un año y medio, por lo cual las nuevas estaciones
sólo podrían habilitarse a fines de 2015, el año de las elecciones
presidenciales. La demora sería mayor, puesto que la discusión Nación-Ciudad sobre quién se hará cargo de esta inversión millonaria acaba de empezar.
La
estación Correo Central; todo listo, menos las escaleras mecánicas y
los ascensores que todavía no fueron licitados. Foto: Fabián Marelli
La empresa Roggio, a cargo de la obra, prácticamente
terminó con el túnel bajo el eje de la avenida Leandro N. Alem, aunque
todavía resta cavar el tramo de 17 metros que pasa por debajo de la
línea B, en el cruce de las avenidas Alem y Corrientes.
Como pudo constatar LA NACION en una recorrida desde
Plaza de Mayo hasta Retiro, la construcción está en la etapa final. "La
obra civil, según el contrato, será entregada al gobierno nacional sin
las vías, ni las señales, ni ascensores, ni las escaleras mecánicas. Eso
ya estaba estipulado", indicaron voceros del grupo Roggio.
Desde la empresa agregaron, además, que las demoras en
la construcción de las estaciones responden a dos razones: la primera es
que, en general, en este tipo de trabajos surgen inconvenientes que
alargan los tiempos, y la segunda, que la puja entre la Nación y la
Ciudad por el traspaso del control del subte frenó el ritmo de
construcción.
Consultado el Ministerio del Interior y Transporte
sobre si se harán cargo de la licitación de las vías, indicaron que lo
tiene que hacer la Ciudad. "Ahora, ellos están a cargo del subte", se
dijo oficialmente.
En tanto, el gobierno de Macri insiste en que la
extensión de la línea E debería entregarse "terminada". Así lo dijo a LA
NACION Juan Pablo Piccardo, presidente de Sbase: "Hay un compromiso de
que el gobierno nacional entregue la extensión de la línea E
funcionando. Esperemos que así lo haga y cumpla con los plazos
previstos".
La prolongación de esta línea -que hoy une las cabeceras Plaza de los Virreyes, en Flores, y Bolívar, junto al Cabildo- sumará unos 30.000 pasajeros, según especulan en el sector. Y serán unos 90.000 en total. El trazado corre en diagonal por debajo de la Plaza de Mayo y, luego, toma el eje de la avenida Alem hasta Retiro. Con esta obra, la extensión total entre las cabeceras será de 11,6 kilómetros.
La estación Correo Central está terminada, con los pisos, los techos y los azulejos ya colocados. Las escaleras mecánicas y los ascensores deberán ser instalados por el gobierno de la ciudad, ya que la Nación no prevé tampoco licitarlos.
"Éste es un trabajo muy minucioso y milimétrico, porque la estación Correo Central conecta con la estación Alem de la línea B y tenemos poco margen de movimiento, se hace cucharada por cucharada", dijo uno de los directores de obra.
La estación Catalinas, situada entre la avenida Córdoba y Paraguay, está construida en un 95%, mientras que la estación Retiro -emplazada bajo la Avenida del Libertador a la altura del ferrocarril Mitre- se advierte también que está en 85 por ciento. Cuando fue visitada por LA NACION, una veintena de obreros colocaban los pisos de cerámica.
Durante los trabajos, fue además intervenida la superficie de la avenida Alem. Por los obradores, sufrieron modificaciones los canteros y se retiró gran cantidad de árboles, replantados recientemente; también se construyeron dársenas para colectivos.
Si bien la inversión prevista era inicialmente de $ 347 millones, por el índice inflacionario terminó costando a la Casa Rosada tres veces más: unos 1200 millones de pesos.
Claves del nuevo tramo: Una obra que ya lleva dos años de atraso
- 2,4 kilómetros: Es el trayecto que se agrega a la línea E, desde la Plaza de Mayo hasta Retiro. Al túnel sólo le faltan 17 metros debajo de Alem y Corrientes
- 1200 millones de pesos: Es el costo total de la extensión de la línea, con la construcción de las nuevas estaciones Correo Central, Catalinas y Retiro
- 2015 fecha estimada: Las tres nuevas estaciones podrían inaugurarse dentro de dos años, en el caso de que próximamente se liciten las obras para la colocación de las vías y las señales. La obra civil estará finalizada en diez meses
Como la mayoría de las grandes obras de infraestructura pública, los trabajos de extensión de la línea E acumulan años de retraso. El proyecto se licitó por primera vez en 1999; pero, en 2001, los trabajos quedaron en suspenso hasta que fueron reactivados en 2006. La actual construcción sólo comenzó a fines de 2008.
Lo curioso fue que en 2009, mientras el gobierno porteño no lograba conseguir el aval del Estado nacional para tomar un crédito y cumplir con la promesa del jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, de hacer 10 kilómetros de subte por año, desde la Casa Rosada avanzaron con esta obra con la intención de saldar la deuda de prolongar hasta Retiro la línea E.
El año pasado, cuando LA NACION consultó al Ministerio de Interior y Transporte de la Nación, que conduce Florencio Randazzo, no obtuvo respuesta a la consulta sobre cuándo se iba a poner en funcionamiento el nuevo tendido a lo largo del Bajo porteño.
Tampoco contestaron si la Nación iba a cumplir con el llamado a licitación para las vías. Ahora, en cambio, voceros de Randazzo aseguraron que esta será una responsabilidad de la Ciudad. Por el atraso registrado en la concreción de las obras e inflación mediante, la obra ya costó a la Casa Rosada el cuádruple del presupuesto original: pasó $ 347 a $ 1200 millones.
Qué lamentable... se ve que no viajan en subterraneo.
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